No quiero más rejas

Me interno en los lugares más hermosos,
mis ojos van queriendo claridad,
el placer de sentir con la mirada
en momentos de calma y soledad.

Me refugio en el bosque más bonito,
me rodeo de flores coloridas
y aprecio la belleza del entorno,
lugar donde se curan las heridas.

Los encantos se quedan para siempre,
donde todo parece inigualable
y en esta paz reposo tan contento,
es para mí, lo ansiado y deseable.

Las rejas de mi vida ya no quiero,
aquellas que sentía a cada paso
y en este sentimiento tan profundo;
mía es la libertad junto al ocaso.

 

Resalta con magnificencia, vuestro romántico soneto.
Felicitaciones, compañero; Antonio J. M..
Me gustó.