No sé cómo... Soneto.

No sé cómo empezar ni qué decirme

-esclavo y sin patrón me niego a todo-

recito un padecer, me sangra el codo

de tanto empeño en darme y no instruirme.



No sé cómo acabar de descubrirme

perenne en un trajín de cielo y lodo,

tratando de aferrarme al acomodo

que tengo cuando quiero resarcirme.



No sé cómo empezar, el aguacero

ahoga mis razones con su grito,

razones que avivaban mi sendero.

No sé cómo llegar al Dios bendito

si anclado a mi pesar doloso muero

perdido entre mi sed y su infinito.​

 

Sí, Maktú, muy grave y serio, siempre, pero luego, se nota que no era para tanto.
Hay una Divina Comedia esperándonos, a la vuelta de la esquina.
Quieras o no admitirlo...
Y ese paso debes darlo, para conocer el Infinito.