No son dóciles doncellas.

Una grieta, sorda al principio.
tapizada de un concierto espectral,
bajo una Luna inventada,
matices de invierno,
buscando esa puerta extraña,
aletargada por las sombras.
Es tan sólo un tiempo formado en un tic tac de tu reloj,
luego se fabrican en tu mente esas imágenes,
de relojes infinitos con sus cargas de espera,
es ahora la vida tan monótona y distante,
ríes sabiamente como un recluso,
esperando su libertad,
pero las alas no llegan,
no son dóciles doncellas la libertad y la soledad.​

 

pareciera que van unidas de la mano y que una no puede existir sin la otra... buen tema...

 

Exactamente. De acuerdo. Te felicito por tu poema, me encantó el cierre en especial.
Felicidades.
Enrique

 

No son dóciles por cierto, amigo Sergio
y la libertad tiene su precio,
a veces muy alto.
La soledad a veces es el precio.
Buen poema.
Un abrazo,
edelabarra