No soy roca.

Ni roca imperturbable a las mareas,
ni coral insensible alas corrientes.
En el mar de la vida soy un alga
sin la firmeza que dan las raíces
pero sin la libertad de emigrar
a aguas más tranquila o más cálidas.
cada soplo de viento, cada ola,
me agita y desazona,
me hace cambiar de orientación y aspecto,
remueve mi estructura,
me hace soñar que puedo desprenderme
de lazos opresores,
izarme por encima de las aguas
para volar a impulsos de otros aires.
Pero las olas, fuertes y furiosas,
y los pequeños rizos de la brisa,
llegan a mí, me mueven, me despiertan,
y siguen su camino, indiferentes,
para dejarme en la quietud oscura
que es la sinrazón de mi existencia,
a la espera, otra vez no deseada,
de la próxima ola,
hasta que la definitiva podredumbre
arrastre hacia otras playas
mi, ya entonces, insensible presencia.

Copyright José Luis Bermejo (El Seneka)
elseneka@hotmail.com​

 

Que gusto ser la primera que opine de tu poema. Me parecio muy sujestivo, plazma muy bien la idea y encantador. Te doy mis 5 estrellitas amigo. Un beso desde Costa Rica.

 

Gracias Nuria.
Un beso desde España, cielo.

 

Uff, José Luis. Espero que la próxima ola te saque "de la quietud oscura" y de la sinrazón de la existencia.

Un abrazo.

 

Seguro que sí, Pedro.
Me ayudará el empuje de los maestros, como tú.
Un abrazo.