¡No te olvido!

Con café disfrutando la mañana,
humeante aun la taza me han servido;
El vapor que me envuelve en lo vivido,
y mi mente recuerdos solo emana.

¡Un hechizo!, de nada siempre hilvana...
Las memorias no quiero y aun presido
y quisiera olvidar la más sufrido,
ya cerrar por completo su ventana.

Al probarlo, sintiendo su dulzura,
como el beso que aun oigo su chasquido,
que me diste despacio y sin premura,

despertando en mi alma su latido,
mas lo amargo me lleva a la locura;
El café así te evoca... ¡No te olvido!

 

Llega hasta aquí el aroma del café recién servido; dicen que el olfato es el más veloz de los sentidos, nos hace evocar al instante...
Los versos son intensos como ese aroma. Abrabesos

 

Estimado Jolu: me resulta difícil comentar este tema. Por un lado advierto que tiene un rico material poético, centrado en el poder evocativo del café (recordando quizás a las famosas magdalenas de Proust), por otro lado veo que vulneras la sintaxis hasta el punto de hacer muy difícil la comprensión. He optado por la siguiente idea: respetando lo más posible tu texto y desentendiéndome totalmente de la métrica he reescrito tu poema según lo que yo creo que quieres decir. Espero que esa reescritura te permita, por comparación, mejorar tu escrito. Lo más grave que vi es lo de usar «disfrutando» por «disfruto» y «sintiendo» por «siento».
Por supuesto, te pido disculpas si mi interpretación es errónea en algún punto. Ojalá te sea útil.

abrazo
Jorge


Con café disfrutando la mañana,
humeante aun la taza me han servido;
El vapor que me envuelve en lo vivido,
y mi mente recuerdos solo emana.

¡Un hechizo!, de nada siempre hilvana...
Las memorias no quiero y aun presido
y quisiera olvidar la más sufrido,
ya cerrar por completo su ventana.

Al probarlo, sintiendo su dulzura,
como el beso que aun oigo su chasquido,
que me diste despacio y sin premura,

despertando en mi alma su latido,
mas lo amargo me lleva a la locura;
El café así te evoca... ¡No te olvido!
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Con café disfruto de la mañana:
humeante aún, la taza me han servido.
El vapor me envuelve en lo vivido
y mi mente recuerdos solo emana.

Un hechizo de nada siempre hilvana...
Las memorias no quiero y aún presido,
quisiera olvidar lo más sufrido:
ya cerrar por completo su ventana.

Al probarlo, siento su dulzura
como la del beso, del que aún oigo el chasquido,
que me diste despacio y sin premura

despertando en mi alma su latido,
mas lo amargo me lleva a la locura:
el café así te evoca... ¡No te olvido!

 

Gracias por su comentario, que con todo mi corazón aprecio, un honor que visite mis letras buena amiga, bendiciones.

 

Gracias Jorge, muy agradecido por su consideración para con mis letras que de verdad aprecio y de hecho he venido para aprender así que todo comentario lo acepto y lo archivo y trato de ponerlo en practica, y me da gusto que te haya invocado a las "Magdalenas de proust" que de verdad no las conozco, al único poeta que he leído es Urbina, los demás, solo un poema que después olvido. De hecho, tengo poco escribiendo poemas con métrica, así que venga, espero de todo. Bendiciones buen amigo y nuevamente, gracias.