No te vayas...

No te vayas…

No me dejes
con este vacío
que deja tu cuerpo
al mío.

Necesito de tus besos…
De esos que hacen
mi cuerpo temblar
de deseo.

Necesito de tus manos
recorriendo mi cuerpo,
despertando lujuria
en mi adormilada piel.

Es muy prematura
tu partida…

No me dejes aquí,
incompleto,
insatisfecho,
enamorado
y no correspondido.

Si has de partir
apaga la luz
al salir.

Que yo cerrare
todas las ventanas,
para impedir
que tu perfume,
tu esencia,
parta contigo
y sea ella,
una vez más,
la dulce amante
que seduce mi cuerpo
cuando de madrugada
suspiro por tus besos…

 

Vaya el dolor se queda en esa habitación, cerrada la puerta y ventanas...
Buen poema!

 

Doña Myriam: a veces nos hace falta tiempo para amar, no podemos robarle al tiempo suficiente espacio para esos besos, para ese deseo atorado en la piel... solo nos resta un soñé...

besos al vacío...