No temas.

No tengas miedo que aquí están mis brazos como escudo,
puedes abrirlos, puedes soñar con ellos y volverlos tuyos conmigo.
No tengas miedo que mi corazón es tu familia ahora,
puedes ir a volar un tiempo no importa cuánto sea, mi amor espera.
Puedes llorar si quieres y gritar si así lo deseas y regresar con media sonrisa,
aquí están mis pasos, aquí están mis horas.

No quieras dormir a solas con el miedo siendo frío,
no te rindas a mitad del camino, aquí está mi mano para seguir contigo.
Incluso si el tiempo se detiene y a tus ojos la luz se borra,
te daré la mía que brilla cada vez que tu me miras.
Y si decides quedarte te regalaré el ahora de la vida,
la alegría en los segundos, la esperanza con el día a día.


Que tu canto es la vida que no tengo, la paz que tanto espero,
no calles ni un momento que tu voz es el estruendo que a mi corazón lo hace bueno.
En las noches cuanto puedas regalarme algún detalle,
dame la brisa de tus ropas, el viento de tu esencia,
las ganas que me faltan de llorar cerca de tu pecho,
y cuando el día acabase quisiera que me arropes con tu pelo
que me llames por mi nombre, que habites en mi cuerpo,
que ardamos en silencio y en silencio conocernos.