No todos los días sonrío.

En ocaciones, tengo que tomar un descanso de la perfección que pretendo que es mi vida.

Hay mañanas en las que simplemente no quiero fingir amabilidad, estabilidad, bienestar aparente, son momentos que probablemente no entiendo, en los que quisiera parar el tiempo con un grito, tan fuerte y desgarrador que pudiera paralizar el corazón de todos a mi alrededor, un grito tan profundo, que pudieran sentir lo que hay dentro de mi, con el que pudieran experimentar el vacío que guardo, la necesidad y la carencia que deseo con todo mi ser, sea saciada.

Sabes, no todos los días sonrió, porque todo actor merece su descanso, porque todo sobreviviente en ocaciones tira la toalla, porque me quiero regalar unas horas de sinceridad, me las merezco, en done mi imaginación puede volar y soñar, despegando por un momento de las cadenas que no sólo los demás me han puesto, si no también que yo me las he creído.

Pero no puedo vivir así siempre, bien dicen que el tiempo lo cura todo, y aún que as dudas de la veracidad de dicha afirmación rondan por mi mente, mas constante que el patio e dos enamorados, quiero gritar al mundo que no todos los días sonrío, y hoy es uno de ellos, hasta que el reloj se reinicie y con ello un nuevo comienzo, una oportunidad mas de buscar lo que hoy no pude ni quise encontrar, la felicidad.

SERGIO O.H.H.
02-04-2017

 

La felicidad no puede ser una constante, es un estado que va y viene, aprender a sentirnos bien con nosotros mismos en cualquiera de los estados emocionales que sentimos nos aporta equilibrio. No siempre hay que sonreír, también es valioso el llanto, la tristeza, el enfado... estamos llenos de emociones, comprenderlas es importante para comprendernos.

Es un buen planteamiento el tuyo, expresar lo que se siente ayuda a saberse.

Saludos y bienvenido.

Palmira