No visto

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¡No me mires así! Siempre tan hiriente. Siempre juzgando mi manera de andar, con esos ojos negros, negros de odio hacia mi. Lo puedo sentir, no me asustas. Por más que me señales, no me asustas. Por más que me amenaces no me asustas. Ríete todo lo que quieras. El desconcierto tampoco me asusta. Eres de esas personas que mienten, que lastiman. Te conozco bien, no puedes decir tu nombre sin inventar anécdotas. No puedes responder un saludo sin disfrazar tus emociones. No puedes ser amable con la gente sin traicionarte. No puedes amar, sin vengarte.

¡Ya no me mires así! No soy yo, quien te juzga, es esa gente allá afuera… se dan cuenta como somos, comienzan a sospechar, hacen preguntas… yo… no se que decir. No se que hacer. Y tu te quedas ahí mirándome con desesperación, esperando que haga algo maravilloso que nos saque de este incomodo lugar. Ya no rías, me asusta todo esto. Las personas comienzan a ver mis ojos negros, ellos si pudieran se irían de mí. Tienen tanto miedo mis ojos que transpiran, los siento sudar.

No, no llores por favor… no quise ser grosero. Es el miedo, el miedo me hace hablar así… pero no llores, no solucionamos nada de esta manera, con esas lagrimitas… ¿De que intentas convencerme? ¿Crees que no me doy cuenta que juegas conmigo?

Eso quería, ¿ves? como te rebelas. Sos eso Juan. Sos una mentira más.

¿Llevas una cuenta de las veces que fracasas? ¿Te gusta sentir el puto barro en tu boca? ¿Disfrutas de escuchar esos insultos? Dime ¿te gusta?

Y dime, cuando lloras hipócritamente frente a esa multitud que te desprecia ¿lo disfrutas?

No pelees conmigo, siempre te voy a ganar. Soy eso que odias más. Soy lo que no dejas ver. Soy quien conoce tus deseos y deseas hacer mucho daño, lo deseas todo el tiempo.

¡Ya no me hables así! Me estas asustando.


- Juan ¿estas?