Noches de nicotina.

"Tengo algo que contarte", esas fueron las palabras de mi abuelo cuando llegó sin avisarme esta mañana...

Yo me encontraba solo como de costumbre, cansado por varios días de trabajo estresante y la monotonía de los días aburridos hicieron que no prestara tanta atención a sus palabras, pero él insistió.

Fue entonces cuando comenzó a hablar.

"Te vi en mis sueños, llorabas desconsoladamente la perdida de tu fe, de tu alma, un llanto callado que no podía ser escuchado por nadie, solo por aquellos que sabían cual era la pena que cobija tu vida, pero ahí llego ella, dejaste consumiera tu existencia y te entregaste sin remordimiento, sin miedo, sin malicia y te cambio. Un semblante sombrío se hacia notar en tu mirada, el verde de tus ojos se perdió dando paso a un dorado y justo con eso, comenzaste a morir lentamente, tan lento que se escuchaban los gritos de dolor de como se quemaba tu alma en el cuarto infierno.

Y seguiste, caminabas solo por caminar, comías solo por necesidad, hablabas por hablar y no sentías, no había ni un ápice de felicidad a tu alrededor y yo llore junto contigo.

Perdiste el amor, a tu vida, a tu trabajo, a la salud, te alejaste de Dios y de todo aquello que hace hermosa la vida, olvidaste sonreír, conociste la hipocresía en las personas y la aprendiste muy bien, tan bien que nadie sabia si era real o fantasía. Te diste cuenta de muchas cosas, de que la gente nunca dice la verdad, conocer lo que ya sabias, pero que necesitabas comprobar.

Da vuelta a tu hoja, no dudes jamás de ti mismo, aprende a enamorar al amor, a sonreír con franqueza, a mirar con el alma y olvidar el pasado.

Este es el momento de creer, no en algo, no en alguien, si no en ti, en tu sangre que te llama, en tu espíritu, tus letras. Agarra tu pluma y escríbele un último verso si es necesario y tira tu pluma, que ella pondrá hojas nuevas donde escribir un verdadero te amo, porque ella te llevara a conocer nuevamente a Dios, te devolverá la confianza y así, como a tu vida pasada, amala, pues vale la pena confiar nuevamente en el amor.

Porque ella llegó a ti sin esperarlo, porque sacara el verde que esconde tu mirada, y será junto con tu sangre el motor que haga estallar los latidos de tu corazón.

Te vine a contar, escribe un ultimo verso y renace con él, el amor que yace muerto en tu corazón, porque ella es buena, es vida, es quien hará de tu alma, su mas ferviente amor".

Después de eso me abrazó tan fuerte que se llevo consigo toda mi amargura, brillo mi mirada y como una fuerte descarga sentí como latía una vez mas mi terco corazón, se fue desvaneciendo entre mis manos y al abrir mis ojos estaba abrazando a mi hijo, que dándome los buenos días una sonrisa me arrebato...



"Fragmento de Noches de nicotina" (Eduardo G.)

 

Me parece un relato de fe y esperanza que tiene la particularidad de no sonar utópico ni desmedido sino, simplemente, bienintencionado y sincero. Saludos cordiales para ti Eduardo.