Nos hunden día a día

Escuchaba a un amigo contar las peripecias que viene haciendo para habilitar su negocio en la isla, en Tigre. Hace más de quince años que tiene abierto con diversos tipos de habilitaciones provisorias, pagando impuestos, multas, sellados, gestores... todo menos coimas, y no logra tener la habilitación definitiva.
El sistema está hecho para que progresen los coimeros. La burocracia está inundada de inoperancia y corrupción, la una nutre a la otra y ambas se complementan a la perfección.
Estos tipos, funcionarios e inspectores municipales, que viven de la mierda, llegan a su casa cada día, miran el noticiero y reclaman un país mejor. Mandan a sus hijos al colegio pretendiendo que se les enseñen buenos valores y esperando que sean ellos la generación que salve al país de la decadencia y el deterioro en que se encuentra.
Estos tipos que también se quejan en los cafés y en las reuniones... son los que pueblan la administración pública, la justicia, la policía... De estos tipos, en definitiva, está hecha la dirigencia de este país.
Así que la próxima vez que escuches a alguien quejándose del país, miralo a los ojos y preguntate por dentro (o si te atrevés en voz alta):
–¿Serás vos uno de esos hijos de puta que nos hunden día a día?
El ejercicio puede repetirse frente al espejo.

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Fernando M. Sassone
www.facebook.com/singularidad.fotografia

 

Si, buena reflexión, la pasividad es causa directa de situaciones lamentables. La autocrítica escasea y así nos va. Y creo que da igual la parte del mundo en la que nos encontremos, es verdad que siempre han existido injusticias sociales, guerras, abusos de poder... pero se supone que debíamos avanzar no?

Por cierto he estado leyendo algo en la wikipedia sobre Woyzeck porque tu avatar es llamativo, tiene mucha fuerza esa imagen y por lo que he leído, también mucho que ver sobre el tema que nos traes.

Removamos conciencias compañero, en eso estamos día a día

Saludos,

Palmira

 

Gracias por comentar y por universalizar ni declaración... uno escribe desde su localidad, su pequeño mundo y es triste y grato compobar que es en todas partes igual...

Y si Palmira... la triste historia de Woyzeck es un reflejo de este mundo reprimido y oprimido en que nos toca vivir. Cada cual debería verse reflejado en alguno de los espejos que nos traen los personajes de esa obra.