Nostalgia Depresiva

Son números sin valor,
los que cuentan las horas.
Horas...desocupadas!
Son columnas caídas.
Un transcurso detenido
en el vigor del hastío.
Escucho imágenes desmontadas
desfilando entre melodías y charcos
que naufragan desvanecidas
al exilio de su cerrojo y baúl.
Lloran mis hombros de desconsuelo,
ya maduros y inciertos
por ceder su irrecuperable
felicidad ya vencida.
Llora el tiempo de descuento
senil y envejecido
en la orilla de la desesperanza
por la marcha de su juventud.
Nuestras anécdotas acortan
distancia
entre el desapego marchito
de focos adultos y vigorosos
y rostros quemados de laboriosidad.
Lloran y agonizan
nuestras vidas endebles,
pasto del faraónico reloj.
Llora! Llora! Vida mía.
que todo fue iluso,
si ahora nos carcome el cuentagotas
que deliren nuestras alegrías.
¡ Oh, que lástima ! Lástima
a sabor que a nada sabe.
¡ Oh ! inyección letal
de lástima y penurias,
relinchan pastosas
tras recluir su liberación
nuestra fugaz infancia;
hasta la fecha hábil
de imperdonables impuestos,
su frenética intervención.
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Hermosos versos, una inspiración excelente de poesía.