1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Novela sin título (en redacción)

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Javigdg, 20 de Febrero de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 1284

  1. Javigdg

    Javigdg Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    16 de Febrero de 2013
    Mensajes:
    120
    Me gusta recibidos:
    9
    Les muestro unos pequeños borradores, de esta novela inconclusa, falta mucho aún, está sin rostro ni piernas y tronco incompleto, pero les dejo unos trozos

    ¿Estás bien? – inquirió un masculino y contrastado tono de voz. Esa exigua pregunta desembocó una baraja de conjeturas con sólo oír el arquetipo de su timbre
    Sí… Sólo que estoy un poco cansada, ha de ser por el estrés de los últimos exámenes… n…o te preocupes – Isidora se tornó nerviosa, aún su cabeza observaba los hipnotizantes azulejos que simulaban más una ilusión óptica que un simple diseño rústico. Aquella vigorosa y seductora voz le produjo un cierto grado de excitación, sin embargo su estado anímico aún era impedimento para que levantase su blanquecido rostro
    A mí me parece que es otra cosa, creo que algo más te pasa – El misterioso chico inclinó su cabeza para poder contemplar con mayor facilidad su apariencia con ms detalle – Tienes los ojos rojos – aseveró con naturalidad para luego disponerse a abrir el envoltorio de sus chicles
    Soy alérgica al sol, desde pequeña que lo soy. Por eso mis ojos están rojizos – Era una mentira sin cavilación alguna, ni se apercibió antes de soltar semejante excusa barata, aún ni siquiera se atrevió a retribuirle la mirada al incognito joven, que aún inspeccionaba el perfil de ella con sus ojos de tonalidad verdosa, muy similares a los suyos, con unos ínfimos pormenores que los diferenciaba
    Mmm… supondré creerte y supondré que volteas a verme…llevas un par de minutos sin mover tu cabeza. A decir verdad me gusta mirar a los ojos a las personas… pero tú entiendes que lo ideal sería que estuvieran perpendicularmente unidos ¿No crees? – Aún no se habían presentando, sin embargo Isidora infirió que presuntamente podría estar estudiando algo relacionado con las matemáticas, aquel concepto de perpendicularidad, sólo le recordaba a las tediosas clases de geometría, que por cierto ella era reacia en absoluto. Se giró 90 grados y se sintió como en el museo de Orsay, imaginando que presenciaba la obra más hermosa de Renoir, dicho pintor le encantaba por la calidad y prolijidad en el más recóndito rincón de sus cuadros. Él era arte, sus rasgos y facciones concebían arte puro
    Bueno… aquí me tienes
    ¿Y acaso sientes como una obligación mirar de frente? – Lanzó adusto con una voz que dio una transición radical de suave como el pelaje de su perro recién bañado, a áspera como la pared corrugada que engalanaba el corredor de su casa – Si lo tuyo no es tristeza, entonces no te verías forzada a mirarme.
    ¿Y Acaso estoy en la obligación de hacerlo?, ¿Disculpa? , si lo mío es tristeza o malestar es completamente asunto mío. Tú te sentaste a mi lado para ver si podría contarte algo de mi vida o relatártela de principio a fin, seguro que para que tipo de objetivos, ¿Sabes? En el contexto que nos encontramos, no es seguro ni viable decirle tus secretos más profundos al primero que se te cruce, es más creo que ya casi no puedes confiar en absolutamente nadie – Creo que no debimos haber coincidido, definitivamente este no es mi día.

    Dime una cosa… ¿Tú crees que querría saber todos tus secretos? – Ríe irónicamente– en absoluto, es estúpido. Soy un hombre con mucha ética y por lo tanto, si veo que alguien, sea amigo mío o no, tiene un problema o un mal semblante, iré a ver si puedo ayudarlo, con alguna palabra de aliento, pero creo que tú estás tan decepcionada con la vida que te ha tocado vivir que piensas que todos son iguales, que tienen las mismas opiniones respecto a algo ¡Por favor! Desde cuando alguien nos programó para ser robots y funcionar simultáneamente. Es obvio que existen imbéciles que siguen a otros, porque creen que el de alado es genial y la realidad es que es un pobre idiota sin personalidad propia. ¡Deja de ser una idiota retorcida! Y si eres tan inteligente como dice en el periódico de la universidad ¡Porque todos saben quién es Isidora B!, demuestra que puedes ver más allá de lo… ¿Metafísico? Bueno a la mierda con esas palabras, pero conoce más a las personas y te darás cuenta que existe diversidad, me extraña que tú casi titulándote de filosofa, si mal no recuerdo los griegos investigaban hasta el más insignificante detalle del humano ¡Bueno…que tú! , creo que no das el ancho y no vives tu vocación con tu corazón al parecer



    Que… que… ¿No te sorprende?
    ¡Por favor! Supieras he sido testigo omnisciente de relatos o confidencias que realmente son de no creer. Tú solamente eres una chica que no se ha acostado con el primero que ve, está bien, eres una especie en extinción, pero aún así tu revelación para mí no tiene ni pena ni gloria, la pregunta es… ¿Esto te afectaba tanto el día que te conocí?
    La verdad es que sí – pronunció fulminante – pero tú deberías brindar un grado de mérito, para mí es algo que me incomoda… Quiero decir el maldito tren se me va escapando a kilómetros agigantados. Pero la verdad de la situación, es que me produce cierto temor el sexo en sí, me imagino el dolor, no lo sé…pero es un miedo que estoy dispuesta a perder de alguna forma – Su hablar fue un inquebrantable contraste, varias veces escindía entre sílaba de cada palabra que emitía, para mostrar algún gesto de nerviosismo. Se mordía sus labios inexorablemente hasta ver pequeños indicios de sangre, tragaba saliva para hidratar su árida garganta, rizaba sus mechones esquizofrénicamente con sus dedos húmedos y pegajosos de tanta sudoración
    ¿Y quién te obliga a tener sexo?, ¿Quién te dice que es doloroso, y que nunca surge un momento de placer?, Quién te hizo creer que las personas recorren en un tren ficticio y no viajan en su proporción de tiempo, tiempo que las mismas personas zanjamos?. Te voy a hacer la última pregunta ¿Tú disfrutas conservándote virgen, o quieres ser una hojalata cualquiera antes que un diamante único en su clase? – Era oficial, el era mucho mejor filosofo que ella. Las reiteradas preguntas que el concebía creaban una latente disyuntiva en sus pensamientos, y así sus cuestionamientos podrían seguir hasta el fin de los días. Francisco no sólo era extremadamente atractivo, si no que siempre estaba ávido de alcanzar más y más, era un modelo a seguir. Isidora prolongó su quietud por unos 15 segundos, bajo su cabeza y repasó profundamente el episodio otros 15 segundos, por unos momentos quiso arrancar su piel sólo para soslayar aquel pelaje que soterraba a la verdadera chica, la joven débil, dócil, cuyos sentimientos se exacerbaban con tanta facilidad. Su corazón latía y latía con más aceleración debido a su estado anímico – “No voy a llorar” – instaba en el silencio de sus pasiones. Una marejada inevitable e imparable se veía venir tras sus ojos
    Iré al baño, no me siento muy bien
    Francisco se alzó del asfalto y observó
    Isidora atalayó e inspeccionó su alrededor y para su alivio entre tantas quejumbras la estancia estaba totalmente vacía, todos habían retomado sus jornadas de estudio y ante tal panorama, disipó acceder a aquella puerta abierta ubicada en el fondo de la habitación, movió el pestillo inferior de la rojiza y raída pieza de madera del baño de mujeres. Estando allí sólo acompañada por su presencia propia se sentía a salvo y segura, sólo ella podía reprochar sus llantos. Sus gritos perturbados acribillaban como cuchillos que atravesaban lo más taxativo de su sensibilidad. Despedazó cada ápice sobresaliente del papel tapiz que cubría la verdadera identidad del único muro que la rodeaba. El eco de unos tacones circulando y la algarabía que originaban el tambaleo de unas pulseras, apabulló a Isidora e hizo que sigilosamente emergiera de su trágico cuento. Lentes negros y un florado pañuelo acicalaban y a la vez guardaban su demacrado rostro-
    - Disculpa ¿Te encuentras bien?
    - Sí, sólo es una alergia, tranquila
    - ¿Segura? , mira… espero no creas que soy una entrometida, pero desde la ventana de la biblioteca te ví corriendo hacia el baño y antes de eso te divise conversando con Francisco ¿Te dijo algo hiriente? … -Isidora frunció sus cejas y enarcó sus hombros- Lo…lo siento, creo que no me incumbe
    - No te preocupes – Elevó sus gafas y dejó resbalar su accesorio de género, consintiendo para que estudiaran vió en los ojos de la chica – Él no me dijo nada hiriente, la única que infiere daño a sí misma soy yo
     
    #1

Comparte esta página