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Nuestra Casa

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Alfie Arellano, 29 de Enero de 2021. Respuestas: 3 | Visitas: 277

  1. Alfie Arellano

    Alfie Arellano Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    15 de Octubre de 2014
    Mensajes:
    83
    Me gusta recibidos:
    95
    Género:
    Hombre
    I. La puerta

    Al lado de la sucia acera se asomaba
    una puerta grande de madera con cristales.
    La perilla era similar a un ojo, parecía
    que observaba a la gente que pasa cerca.

    Al girarla, el chasquido de la cerradura
    se queda grabado en la cabeza, al instante;
    es como tener una fotografía de ese
    incansable ruido, tan sutil y farsante.

    II. La Sala

    Sillones amplios sobre un piso de madera
    en donde infinidad de veces amanecimos
    ebrios, desnudos, cansados, hartos, fastidiados…
    En medio de ellos, una mesa, a veces negra.

    En frente, una televisión qué, la última vez
    que la recuerdo encendida, había una serie
    sobre un asesino serial, ya pasaron varios meses
    desde esa ocasión, todo ha sido muy diferente.

    Aquella sala era un buen lugar para tener
    conversaciones largas; entraba mucha luz
    a esa parte de la casa y siempre estaba fresca;

    A decir verdad, extraño ese lugar, tan cálido,
    tan ameno, tan nuestro. Tu sonrisa en ese sitio
    no tenía fin pero tus lágrimas tampoco.
    Así como amé esa sala también la aborrecí.

    III. La cocina

    Esta parte de la casa siempre tuvo un olor peculiar;
    a comida, a carne, a jabón, a llanto, a tristeza…
    allí supe que siempre te debía cuidar,
    más, cuando los cuchillos susurraban su pesar.

    IV. El comedor

    Pláticas, reconciliaciones, besos, manoseos;
    náuseas… este lugar me recuerda más a este fin.
    Tengo los malos ratos grabados en mi cabeza
    como pinturas de artistas famosos y no es agradable;

    Las sillas blancas me hacen recordar la paz
    que existió en esta casa hace unos años,
    aquella paz que jamás volvimos a recuperar
    aquella paz que se fue con todos estos daños.

    Los platos, los manteles, el frutero y los cubiertos
    siguen en el mismo sitio como si de una
    fotografía se tratase o como si el tiempo,
    jamás hubiese pasado por este sitio.

    Recordé la curvatura de tus costillas
    cuando te recargabas suavemente sobre la mesa.
    Recordé mi mano tratando de alcanzar
    el tazón de cereal mientras cantabas,
    en voz baja, una de tantas canciones.
    En ese comedor se comía de todo.

    V. Las recámaras

    Las tres recámaras guardaron secretos,
    tuyos y míos, tantas cosas que nunca se dijeron.
    Hubo miles de silencios y miles de gritos
    que desgarraban las paredes; gritos tiernos
    y de rabia recorriendo las sábanas.

    Las cobijas amontonadas en una esquina,
    los clósets vacíos como el pecho de un
    oloroso cadáver; toda la armonía que había
    en las recámaras se había extinguido.

    El color blanco de las paredes se ensució,
    como nuestro amor, como nuestros cuerpos
    después de estremecerse entre el frío de la
    calle, como cuando volvíamos empapados
    a esa habitación y terminábamos con
    nuestros cuerpos desnudos para secarse.

    VI. Baño

    Los baños siempre me han parecido
    el rincón más placentero para pensar
    todas las cosas que no podemos pensar
    en ningún otro lugar.

    El nuestro era una conjunción perfecta
    entre decoraciones, formas y colores…
    el agua tibia que brotaba de llaves y regaderas
    provocaba un vapor tan sublime que

    parecía que estuviéramos en un bosque
    en donde podíamos relajarnos como nunca.
    Aquel baño con su pequeña ventana
    estuvo siempre al pendiente de nosotros.

    VII. Jardín

    Lo último que recordé fue el jardín.
    Era un sitio agradable, no era amplio,
    pero a veces parecía no tener fin
    porque el perro lo recorría a toda hora.

    Había unas pequeñas florecillas púrpura
    que despedían un olor relajante, también,
    había dalias que solías cuidar con mucho cariño.
    A veces, les cantabas mientras yo te oía
    desde las sillas que había afuera de la casa.

    El árbol de guayaba combinaba perfecto
    con tus ojos tristes, sus hojas parecían
    tus cabellos y sus frutos, tus sueños;
    ese árbol era mi favorito porque lo querías.

    Recordé y recorrí todo el jardín
    como lo hacía nuestro perro, siempre feliz.
    De pronto llegué a ese rincón trémulo,
    a ese lugar donde tomaste aquella decisión.

    Me detuve por un pequeño instante,
    pensando, luego me agaché y comencé
    a excavar en el pedazo de pasto faltante
    y ahí estaban, ellos, en pequeños pedazos…

    A pesar de todo este tiempo, estaban
    muy bien conservados, se apreciaban sus detalles;
    a decir verdad, esos pedazos no me molestaban
    pero me provocaban escalofríos y hasta miedo.

    Esos trozos, grandes y pequeños, eran
    recuerdos nuestros que deshiciste cuando
    te marchaste, cuando decidimos abandonarnos.
    Eran recuerdos de la relación más sincera

    que este triste mundo ha visto en los últimos años.
    Los tomé en mi mano y con ellos, formé
    una imagen tan nítida, que inmediatamente
    me hizo recordarte y me hizo comenzar
    a escribir estos hastiosos e inevitables versos.
     
    #1
    A Guadalupe Cisneros-Villa y Ortunyo les gusta esto.
  2. Ortunyo

    Ortunyo Invitado

    ¿Ha pensado en dedicarse al sector inmobiliario? Yo le compraría esa casa.
    Felicitaciones
     
    #2
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  3. Alfie Arellano

    Alfie Arellano Poeta recién llegado

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    Muchas gracias, no... no le había pensado, pero sería bien empezar a hacerlo.
    Buen día.
     
    #3
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  4. Guadalupe Cisneros-Villa

    Guadalupe Cisneros-Villa Dallas, Texas y Monterrey NL México

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    Mujer
    MARAVILLOSO, creo que es la primera vez que le leo, es ud un poeta de mi amada tierra,
    la verdad pocas veces leo algo así, me quedo con la cocina y el baño, el primer cuarto porque
    me recordó la novela "Como Agua para Chocolate" y el baño por razones personales...
    Saludos regiomontanos desde este lado del charco,
     
    #4

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