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Nuestro camino: Reflexión sobre el progreso

Tema en 'Ensayos' comenzado por Pereiro, 12 de Noviembre de 2019. Respuestas: 1 | Visitas: 654

  1. Pereiro

    Pereiro Poeta recién llegado

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    9 de Noviembre de 2019
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    Para entender el progreso humano hemos de entender el porqué del progreso humano y qué es aquello que nos da pie a querer evolucionar.

    Nosotros, los seres humanos, somos seres capaces de llegar a comprender el universo en que habitamos, se podría incluso decir que somos seres excepcionales, al menos eso creemos y nos han enseñado desde que nacemos.

    Sabemos que somos animales y aún así nos excluimos del grupo, diferenciando fuertemente a los humanos de los “animales no humanos” (al menos en los ámbitos cotidianos. Pues llamar a alguien ‘animal’ es despectivo), nos diferenciamos porque nos hace sentir bien, somos seres con una capacidad intelectual ligeramente superior al resto de habitantes de este planeta, lo que nos ha dado pie a, no solo establecernos como especie preponderante en la Tierra, sino a exaltar a la especie humana hasta sentirnos el centro del universo.

    La egocentria humana nos ha llevado a buscar diferencias en nuestra forma de pensar con la de otros seres, incluso autoproclamándonos como el único ser vivo con libre albedrío, donde surge la pregunta: ¿Puede un ser sin libre albedrío llegar a saber con seguridad que, efectivamente, actúa de forma predeterminada? y la contraria: ¿Puede un ser de libre albedrío asegurar con certeza y de forma racional que él es dueño de sus propios actos? -La respuesta a esta segunda es: no, ya que por mucha sensación de libre albedrío que se tenga, todo lo que se piensa o realiza, incluído ese pensamiento libertario, podría haber estado programado, o más bien determinado. Cabe destacar que las ideologías que defienden el libre albedrío son las mismas que Partiendo de esta idea, si no presentáramos esa libertad como tal, al estar todo predestinado, existiría el “Destino”.Pero, aunque este Destino estuviese determinado, se vería influido por tantos factores de complejidad incalculable que sería totalmente impredecible y si existe algo pero es inalcanzable, a efectos prácticos, literalmente no existe.

    Esta obsesión por lo humano y todo lo relacionado con ello, nos ha llevado a creernos más cerca de Dios que de la tierra, nos hemos creído el centro del universo e incluso olvidado que somos seres vivos tan vulnerables como cualquier otro, pero también nos ha hecho ambiciosos, suficiente como para avanzar hasta alzarnos con el dominio del planeta y aún así no estar conformes.

    Partiendo de que no somos mucho más que seres vivos con diferencias más o menos notables con unas u otras especies, si hay algo que aún defendemos y aún podríamos apreciar más que lo humano es la propia vida. Diferenciamos las cosas en vivas y muertas, lo vivo nos hace sentir cómodos, la vida es lo que nos diferencia de los otros millones de planetas que conocemos, le tenemos gran aprecio y deseamos conservar lo vivo por pura empatía (yo quiero estar vivo porque soy un ser vivo, ergo todos los seres vivos quieren estar vivos). Pero realmente, -¿Por qué queremos estar vivos? -La vida lo es todo para cualquiera de nosotros, literal, absoluta e inalterablemente todo. Sin vida, se acabó, no solo se acabó, sino que será como si nunca hubiera empezado, vacío absoluto y eterno. Pero para evitar malentendidos, esto no es malo, ni tampoco bueno, simplemente ‘no es’. Es simplemente el final de todo, de este texto, del universo en sí, la vida en sí no tiene un sentido, no tiene objetivo, únicamente empieza y se acaba, como absolutamente todo, la vida importa porque no hay nada más. Observándose desde un punto de vista más “cercano” y realista, la vida humana sí que tendría un único sentido, el bienestar, a todos los niveles, verdaderamente lo único que se pretende y todo lo que se hace es por alcanzar el bienestar, o por creer que se alcanzará de algún modo.


    Es nuestra ambición imperiosa por superarnos, diferenciarnos y la búsqueda de cada vez un bienestar mayor el motor que realmente nos separa del mundo animal, nos incita cumplir deseos más allá de lo inmediato y a progresar a todos los niveles.














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    Es innegable afirmar que, en las últimas décadas, la humanidad ha logrado un gran avance tecnológico, inimaginable hace no demasiado tiempo, un avance cada vez más acelerado, un crecimiento tecnológico global progresivo, y como todo crecimiento debe de ser en una dirección, debe de tener un objetivo, un final, ¿pero cuál? ¿dónde está el techo de nuestro avance?

    El progreso tecnológico humano sólo puede alcanzar su final de dos formas, que no sea necesario avanzar más o la extinción de la humanidad o medios para poder avanzar. Toda tecnología tiene como objetivo resolver un problema de la mejor forma posible, así que para llegar al final del avance tecnológico solo deberíamos solucionar todos los problemas existentes en el universo que afecten directa o indirectamente al ser humano, pero todos coincidimos en que esto nunca sucederá. Por tanto, el camino tecnológico es infinito y solo se acabará cuando desaparezcamos o tras una falta imperiosa de recursos (tragedias al fin y al cabo). De esta forma la tecnología es un avance incesable, continuo y progresivo que nos acompañará a lo largo de toda la historia.

    Normalmente el ser humano tiende a pensar que, en sí, “progresar” es bueno por el propio significado de la palabra, pero el pensamiento cambia si hablamos de “progresar tecnológicamente” lo que se percibe como ‘bueno’, pero no excesivamente, sobretodo en las últimas décadas ya que lleva a pensar en un desarrollo excesivo y en tecnocracias distópicas como se refleja en innumerables películas o libros.

    A partir de ahora diferenciemos entre ‘progreso positivo’ con el significado que todo evoluciona y va a mejor y ‘progreso negativo’ en el que aunque siga habiendo una intención de avanzar, todo decae inevitablemente ya que es el propio progreso, que es continuo, el que está haciendo hundirse a lo que nos refiramos y de alguna forma se retroalimenta.

    Refiriéndonos a la humanidad, este progreso positivo que hemos experimentado hasta ahora no puede ser infinito. De esta forma, tiene que haber un punto en el que esa positividad se convierta en negatividad, ¿Podemos saber cuánto queda hasta la cima del progreso?¿cómo?

    Antes de esta caída debemos alcanzar un techo, la gente dejó de hablar del futuro con optimismo hace años, no parece que el mundo tal y como está ahora pueda ir a mejor, aún peor, cuesta pensar que se mantenga sin decaer, de forma estable. Esto es porque parece que ya hemos alcanzado ese techo o estamos muy cerca del mismo, ¿Por qué? -¿Porque tenemos armas capaces de acabar con la vida en la tierra e inteligencias artificiales que pueden aprender prácticamente solas? y es que tenemos miles de cosas con las que autodestruirnos y ninguna defensa contra estas. Es cuestión de tiempo, los seres humanos nos creemos demasiado superiores al resto de cosas del universo y le quitamos importancia a todo, los que nos hace vulnerables, y lo que es peor, incrédulos. La ambición, tan humana como el propio lenguaje, será la que acabe por autodestruirnos. Es este inconformismo que nos lleva a evolucionar lo que probablemente nos haga caer, quizá no hasta el punto de la apocalipsis pero sí una notable caída.

    A lo largo de toda la historia ha habido caídas, guerras que han congelado ese progreso positivo de la humanidad, y a mayor el progreso, mayor es la caída, si ahora estamos en el punto más alto del desarrollo jamás alcanzado las consecuencias de una gran tensión mundial por falta de recursos, éxodo de poblaciones, cambios climáticos, catástrofes naturales pueden ser devastadoras y no parece quedar demasiado para que alguna de estas cosas suceda. Además, todas las personas del mundo occidental que vivieron el periodo de las mayores guerras de la historia han desaparecido por completo, demasiados años de paz que han hecho a la población occidental perder el miedo a las guerras, lo que al igual que nuestro “antropo-egocentrismo” nos hace vulnerables.

    Puede que esto sea una visión pesimista de la realidad, pero la alternativa optimista sería pensar que vamos a conseguir equilibrar las balanzas de consumo a nivel global, ajustándose a un modo de vida común y sostenible, sin excesos, sin conflictos y sin más avances, alcanzando una estabilidad social, política, económica y cultural. Lo que, a pesar de haberse planteado diversas veces, es un pensamiento utópico, deberíamos ser y pensar todos de la misma forma, lo que es imposible, además de peligroso, una sociedad de pensamiento plural tendrá conflictos pero será más difícil de manipular que una sociedad de pensamiento uniforme. Esta utopía estable, globalizada e igualitaria aún sin manipulaciones sería una sociedad monótona, sin diversidad cultural (ya que podría dar pie a conflictos), lo que nos hace replantearnos si es una utopía o una distopía, términos que parecen contrarios y muy alejados pero realmente hay una línea muy fina que los separa, dejando de lado la idea de utopía libre en la que todo el mundo es feliz, puede hacer lo que quiera y conseguir lo que quiera sin esfuerzo, eso no es siquiera verosímil. Por esto al mirar al futuro no se puede observar mejoría, sino destrucción. Quizá en 100 o quizá en 1000 años pero se llegará a un punto en que la motivación por seguir avanzando y ‘forzando la máquina’ se exceda de los límites soportables por la propia sociedad y/o el planeta. A. Einstein, acorde con el tema formuló: “No se como será la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con lanzas y piedras.” Donde se sufriría tal involución que se volviese a un estado primitivo tras la destrucción masiva. Lo que no sería tan malo porque se volvería a un estado inicial con todo el camino de progreso por recorrer hasta la destrucción masiva de nuevo. Entrando en algo parecido a un bucle, siendo la historia de la humanidad análoga a un ave fénix. Llegados a este punto, la idea utópica para solucionar los problemas del excesivo progreso no parece ser sostenible y la idea de seguir como estamos es menos sostenible aún si cabe, en la sociedad actual del capital, si algo no te aporta beneficios, no lo haces. A nadie le aporta beneficios buscar una forma mejor a nivel global para progresar porque es más caro que seguir como hasta ahora. Además, hay grandes frenos para el cambio del modo en que avanzamos, por ejemplo: 1) La sociedad actual, sobretodo la más joven, más informatizada, son presas fáciles para caer en sensacionalismos, los manipuladores tienen todos los datos de cada uno de ellos y sus gustos a disposición para saber con qué información controlar a cada uno. 2) Los que tienen el poder y les interesa manipular no quieren cambiar porque se van a ver afectados negativamente y realmente no les puede importar el futuro ya que la solución a estos problemas que se plantearán, cuesta dinero y es muy difícil invertir capital en algo que ni siquiera te va a afectar y no te va a producir beneficios instantáneos, por tanto mientras no les afecte directamente, no lo harán.

    Es importante tener en cuenta que todo progreso requiere de un esfuerzo humano y en muchas ocasiones, un riesgo, las mayores pruebas del progreso han sucedido en sociedades con un grandísimo número de ya sean trabajadores o esclavos. En la antigua Grecia había muchos más esclavos que ciudadanos, en el antiguo Egipto miles de esclavos a disposición de unos pocos, pero en la actualidad y mirando 150 años hacia atrás, desde la imposición del capitalismo como sistema socio-económico, no han sido necesarios esclavos para impulsar un creciente progreso, las personas dejaron de trabajar porque eran obligados a trabajar porque era necesario. El objetivo actual de todo el mundo es formarse para obtener el máximo dinero posible, sin importar cuánto haya que trabajar para llegar a ese punto, con el dinero como forma de vida, surgió una forma de esclavismo, un poco más justa que el esclavismo original, al menos ahora, con mucha suerte puedes ascender en la escala social y pasar de ser esclavo a ser amo, o de ser empleado a ser empleador, que viene a ser lo mismo. Este capital es una valiosísima arma de manipulación ya que es un punto en común que todos desean y si una persona o empresa consigue aunar suficiente riqueza, tendrá poder para hacer lo que quiera, hasta el punto de existir empresas con más PIB que algunos estados. Con un poder y una influencia inmensos sobre la sociedad que queda oculto tras el aparente poder del gobierno. Y son estas grandes potencias económicas las que impulsan ese progreso concediendo parte de su capital a la población a cambio de cumplir sus sueños, trabajar y ganar algo de dinero. Y como inmersos en una pecera donde solo vemos dinero moviendo el mundo, no nos damos cuenta de lo que hay fuera, más allá del cristal, creemos ser libres, pues vivimos en estados demócratas de derecho y uno de esos derechos es la libertad ¿no? -Si somos libres, ¿por qué todos tenemos un objetivo conjunto? -Desde siempre nos preguntan, qué quieres ser de mayor y todo el mundo contesta un trabajo, con un objetivo de poder ganar dinero hasta la saciedad, comprarse una casa, formar o no una familia y simplemente trabajar para que otros puedan tener la libertad que no puedes alcanzar y esperar a que llegue tu día. Somos libres para elegir algunas cosas, algunos aspectos de nuestra vida pero vivimos a costa de las decisiones de quienes dicen representarnos y nos obligan indirectamente a trabajar ¿Hasta que punto es ético forzar al ser humano con el objetivo de progresar? Y si estamos progresando hacia la destrucción, realmente estamos gastando esfuerzo en volver hacia atrás, si de verdad queremos avanzar hay que cambiar el modo en el que pretendemos progresar, lo que ya de por sí sería un gran avance, que en sí ya costaría capital, tiempo, iniciativa y trabajo; para después poder caminar por la senda adecuada. Para esto hace falta una concienciación y una búsqueda a nivel global por parte de todas las clases, lo que no parece nada sencillo. Siendo más fácil quedarse en la pecera. Pero de este modo, la sociedad en conjunto progresará, a costa del esfuerzo del pueblo, que construye, piedra tras piedra la pirámide que nunca alcanzaremos a terminar y acabará por caer por su propio peso.
     
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  2. dragon_ecu

    dragon_ecu Esporádico permanente

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    El ser humano se distingue de otros animales por varias características.
    Es consciente de sí mismo.
    Es consciente de lo que le rodea
    Puede empatizar (sentir fuera de sí mismo).​

    El punto es que estas características están supeditadas a varias condiciones (y capacidades).

    Por lo anterior no existe un ser humano integral, sino miles de millones de seres incompletos.
    Dejando de lado las expresiones políticamente correctas, mal podemos llamar humano completo a un viejo senil con alzheimer, o a un recién nacido.
    Todos sin excepción somos seres imperfectos, y humanamente incompletos, a tal punto que ser incompleto podría considerarse una definición de ser humano, pero esto haría que todo ser se consideraría humano.

    Esa es parte de la conciencia humana: saberse y reconocerse imperfecto.
    Basado en esta primera condición surge la condición para buscar una humanidad superior: el reconocerse como perfectible.

    Ese es en esencia, el camino del progreso.
     
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    Última modificación: 16 de Noviembre de 2019
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