Nuestro último adiós

Después de pensarlo, últimamente despertaba entre sueños donde el único que siempre estaría junto a mi, me dejaba sola, yo corría desesperadamente para escapar de la oscuridad y él simplemente soltaba mi mano y se desvanecía, en ese momento todo se hacía mas negro que antes, más triste, más solo...

Eran solo 49 kilómetros aquello que separaba a un alma en dos cuerpos, recordando como era levantarme y encontrarme acomodada en su pecho mientras él cuidadosamente acariciaba mi cabello, esperando a que yo simplemente despertara y así poder revivir mil sentimientos en un beso..

No sé si era la profundidad de su mirada o simplemente la tristeza que ella reflejaba, pero sus ojos hacían que cayera de rodillas y quedara paralizada con un frío que me recorría desde los pies hasta la cabeza, no sé si eran sus abrazos los que hacían que me derritiera cada vez que estaba junto a él...

Pasaban las horas, los días, los meses... y yo seguía esperando en el mismo lugar a que fuera a buscarme para tomarme la mano y caminar junto hacia aquel lugar tranquilo y hermoso que el me había prometido... Ese lugar donde las palabras estarían de sobra y solo los besos, los abrazos y las caricias serían todo en ese momento, cuando esas cosas seríamos simplemente él y yo...

 

Hola Boheme:
Nos compartes una prosa bien armada y con evidente sensibilidad, debido a que se trata de una obra en prosa, te sugeriría que lo colocaras en el espacio correspondiente para este tipo de trabajos.
Felicidades y un apapacho: Miguel