Nuevo poema como pan reciente

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Despues de un largo dia de labores
y de escupir en las haceras y casi empañar el cristal
de mis ojos, las ganas de contar lo hecho
vinieron a mi como mil relampagos a tierra mojada.

Tenia en mis manos un rosario blanco;
el mismo con el que todas las limpias mañanas rezaba
yo como un monaguillo, un beso de anciana era yo!
hasta que decidi ir a confesar.

Me meti en la cueva de las revelaciones
y, pensando en el vagabundo muerto del desfiladero
dije, a voz entrecortada, "Padre, necesito confesar".

Fue asi, tan rapido, que mis sudores penetraron en mi piel
y solo pude contar los sucedido con estas rapidas palabras:
"Pobre de aquellos que les falte ambos ojos y no tengan cuidado de la juventud!"

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Hermoso, un poema divino muy lindo, bellas letras admirables y preciosas.