Nunca estés triste

Nunca me escuches abatida,

cansada o negativa…

Nunca me recuerdes triste,

Pues siempre quise ser alegre.

Del millón de palabras

que existen en el mundo

quise usar las más bellas;

exaltarlas y elevar

mi voz al viento

y a los hombres…

Sé que me escucharon,

me amaron y me soportaron.

Y ahora estoy aquí sentada

en el nuevo cemento

de lo que antiguamente

fue un cementerio,

y miro al azul del cielo,

escucho el canto

de los pájaros

y el continuo susurro​

de mi río, Trefacio.​

 

Me gustó leerte. La última palabra le dió un vuelco a la imagen que llevaba en mente.

 

Me gusta tu vitalidad emocional y esas ganas que tienes siempre de abrazarte a lo bello y bueno, este poema no difiere mucho de otros que te he leido, hermosa escritura y mucho sentimiento amiga despertando. Abrazote vuela. Paco.