O está preso o lo están buscando

Tal vez, si me vuelven a encerrar,
esta vez no salga,
la última vez descubrí,
por mi compañero,
que con los hierros de la litera
y una sábana
te sacan en camilla
aunque sea hacia la morgue.
Tal vez, la próxima vez,
no aguante,
y sea yo quien la anude
y me ponga como él
a tirar, arrastrándome,
y me dé por convulsionar
mientras me meo y defeco,
y me salga por la boca,
como a él,
una baba blanca.
No volveré a gritar
en el pabellón psiquiátrico,
con una inyección
de haloperidol,
ese veneno,
corriendo por mis venas.
Con el estómago encogido,
con el cuerpo engarrotado,
babeando sin parar,
entre temblores.
¡Qué no estoy loco!
¡Qué me suelten!
Mientras todos,
mis compañeros y los funcionarios,
se ríen de mí
porque me he meado encima.

 

la gran experiencia en hechos cotidianos hace convertirlos estos en versos muy inspirados, felicitaciones

saludos cordiales

 

Mucha gracias por tu pasar y siempre amable comentar, amigo Maldonado.
Me alegra que te haya gustado.
Un cordial saludo.

 

Espero solo sea inspiración y experiencia ajena.
Gusto leerte. Saludos y abrazos.
Tu amigo A.G.

 

Muchas gracias por pasar a leer y dejar unas letritas, amigo Alma Grande.
Un abrazo.

 

Ser un loco tratado te deja más loco... En un mundo de cuerdos mejor usar la cuerda y salirse.

Saludos

 

Bueno, Ro, creo que eso sólo se podría saber viviéndolo en propias carnes, pasando por ese trance pues, tal vez, tu instinto de supervivencia te sorprenda y te trages tu tormento pidiendo una muda y que te acompañen a las duchas, en vez de ir a buscar la sábana.
Gracias por pasar y dejar unas letritas.
Saludos.