Obito.

Donde quieras que vayas me encontraras, entretejido en el espacio; desflorando ando, incorporándome todo el tiempo. Escondido de frente a tus ojos, como algo que siempre existió para ser olvidada. Estoy tratando de alcanzarte, abriendo canales de energía para transformarte, humedecido por fluidos y secreciones, intentando aferrarte al fin. Voy mas allá de lo que puedas soporta y aun sabiéndolo te resistes, y lo necesitas. Romperíamos las leyes si nos separaran, la realidad se volvería absurda por perpetuarse. Y vos y yo fractal del infinito.
¿Es que no entiendes? porque no comprendes, mi sitio siempre fui yo en todas partes. Y aun así te resistes, en tu cama, desértica de sentido. Abismo de turbulencias que no dejan incorporar tu cuerpo al día. ¿No es suficiente con traspirar tu sales y temores? Debo arrancarte, son las exigencias de mi elemento que transita en vos. ¿Con cuanta crueldad tengo que actuar? ¿Cuánta humillación soporta una alma en transito? o ¿Cuánto tiempo pasamos muertos en vida?
Tal vez son el equivalente a una fruta cayendo. Sabiendo que esperan la putrefaccion, su cuota por convertirse en tal, tan maduros que ya no se alcanza a sostenerse en esta vida. O a veces con prepotencia los tomo y los disfruto comiendo su carne.
Pero aun asi no puedo hacerme de esa ambiguedad, vivir con tanta energia, si hasta el universo muestra que a exepto de el mismo todo tiene un inicio y final. Algo retorcido como el reflejo mismo de un dios que corre a travez de sus fibras, una residuo del sentido de vivir. Por que juro que cuando se encuentran existe algo mas que el plano de lo fisico, como despiden ese calor, una entropia que no se puede romper. Aun que a veces yo la detengo.
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