Ocaso de capa

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Ocaso de capa​

La casita amarilla,
la casita naranja;
en el amor, se pasea
una mano entre las nalgas.

La joven pareja,
camina en la tarde
junto a arrozales de estío,
y un sol se cae
sobre los glúteos albinos,
que acarician los dedos bronceados
del muchacho cetrino.

Ella blanca como la nieve
tiene el fin de la espalda;
él de olivo rupestre,
tan verde y maduro,
tan furo que escalda,
de roja que tiene la frente
cipote de cara.

Y ajenos,
la mano en la nalga,
la casita amarilla,
la casita naranja,
les sirven de cita
en el ocaso que es capa.​

 

El ocaso como atuendo mismo de una entrega y momento.
como el ser en minuendo al entregarse la pasión en aumento.

Buenas pinceladas Orfelunio.

Gracias por compartirlas.

Un abrazo.

 

Tener el sunset de cubierta ha de ser maravilloso en el encuentro de dos cuerpos, de dos almas, de dos seres...
Bello poema.

Estrellas y abrazo peruano!

 

Muchas gracias por tu visita César, un abrazo

 

Muchas gracias por pasarte y comentar mi escrito. Un abrazo