Océano del perdón

Entre mi vergüenza y tu orgullo,
reside ausente de resacas,
el océano que lleva al perdón.
Tu orgullo capituló con el tiempo,
mi vergüenza creció en mi temor.
De mirar los ojos olivo,
caudal de perlas marinas,
testigos de tu dolor.

Ahora nada importa,
no existo,
ni siquiera en una remembranza lunar.
Soy el tonto que perdió tu confianza,
tesoro de que se malgastó en ese mar.

Navego las aguas del tiempo,
en una balsa de papiro virtual,
lanzado botellas con verbos,
que procuran amanecer en tu portal.​

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Bello poema en su idea y en su sensible y certera escritura, a veces las relaciones amorosas se tuercen y perdonar o no es cuestión de matices. Me ha gustado amigo Lancelot. Un abrazo. Paco.

 

Tienes razón a veces del otro lado el olvido es una forma de perdón.

Saludos