Oda al desquicio

Solo soy un niño con temor,

temor al resplandor del agua del tsunami

que se me acerca poco a poco mientras se engrandece,

Y se expande en el horizonte ya perdido mientras le aclamo que no quiero morir, por favor.


Pero es inevitable el impacto en las playas del ya viejo Miami,

impacto que me estremece,

que me arrastra por el suelo

y me entra por la garganta como si fuera veneno


Mi ira consume mi joven inocencia,

ira a mis extremidades por no haber reaccionado al colosal.

Y lo único que no quiero pensar es ‘’¿Dónde está mi familia?’’.

Pero caigo y me lo pregunto, y en el acto pierdo la conciencia


‘’¿Dónde está mi padre?’’ me pregunto mientras desvarío.

‘’¿Dónde está mi madre?’’ me pregunto mientras cierro los ojos.

‘’¿Dónde está mi madre?’’ me pregunto mientras suspiro.

‘’¿Dónde están mis amigos?’’ le pregunto al anhelo del silencio.


Andar es clavarme un cuchillo por cada paso que doy.

Correr es como dispararme a mi pecho por cada vez que respiro.

Cojear es lijarme la piel del cuerpo por cada vez que te miro.

Quitadme la vida, y me daréis libertad absoluta para nadar en el mar.




¿Qué hago?

¿Qué debo hacer?

¿Qué haría otra persona?

¿Qué haría otro ser?


Nada.


Esperar su muerte.

 

Me ha gustado la manera de expresarte en tus versos repletos de búsquedas y preguntas profundas. Un abrazo amigo RC. Paco.