Oda al vino

De la lluvia tomas tu jugo
y de la tierra el color y sabor
gracias al ser autótrofo que te elabora,
pues es siempre la amada tierra a brindarnos los cuerpos.
Las manos cogen la fruta
que el gusano no toca,
y entre toque y toque y caricias perdidas
nace la gota que da vida a las gotas prohibidas

El aire se mezcla y te abraza en suspiros fríos
mientras cada mañana el sol abastece el fuego justo
En la rama la uva no piensa lo que el aire ya tiene trazado;
la evolución del licor y la ración de calor
que deshiela el interno de los cuerpos
fecundando en lo inerte y en lo inconsciente.

De las gotas de la uva se llenan botellas
de las botellas los estómagos;
en los unos se fermentan deleites
en los otros digestiones,
más la mente ofuscada
graba los excesos con placeres
en el azar de las acciones indebidas
en el fluir del destino
donde recorren grados de soledad y
lineas de abandono en la mano que lee la gitana
[silencios llenos de garbo declaran mentiras.]

Son las lineas que se sepultan en la mente
donde se abre un panteón a las figuras indeseadas
y desde donde vuelven a empuñar a la memoria
los retorcidos días pasados
donde la cera banal se moldea
en el uniforme pecado del pensar

son las lineas confesadas en los sueños
que parten del seno y de una duda;
adornando el sacrilegio del amar
en donde se confunde dos cosas:
la idea egoísta de vivir en junta a otro
y la idea de pertenecer a tantos sin dejar de ser solo de una

Vino, debajo de
la mesa de judas y
sobre la mesa de David:
Son siempre las mismas monedas las que lo adquieren,
su color no distingue maldad,
su egocentrismo se basa en colmar la sed ávida
de llenar el plasma con su jugo,
de aliviar la sequedad de los ojos
donde las imàgenes se duplican
y las siluetas se recubren de belleza.

Vino que se encierra en el fermento
como pensamiento anejado en las neuronas,
quiere cada luna procrearse con la luz tenue que lo forja
en el oscuro del cristal que lo recubre,
en el oscuro de la mente que lo encierra
Así el vino da también vida a mis letras
con el tiempo que lo fortalece y a mi me debilita.

vino que el cuerpo lo bebe como mis ojos beben la luz;
en su infinito se pierden las almas,
en sus gotas la verdad.
Que se pose en el altar,
que se pose en libertad,
!es siempre la copa quien besa su cuerpo liquido!
!es siempre la boca quien lo condena!
a un ser afilado e imparcial,
y quién no lo sabe guiar lo trastorna,
como el viento trastorna las alas de las aves;
así en su aura tus alas se rompen
si sumerges mucho tu boca en el

Vino que se desnuda en el cristal,
y en los ojos se contempla la grandeza que encierra.
A su rojo se incorpora la sangre
de los héroes que naufragan en su indomable grupa
y que el cerebro no quiere dejar efluir

 

Hola Lee! preciosa Oda al vino, líquido muy apreciado en mi tierra.
Saludos cordiales y estrellas. Carmina.

 

Ahora mismo, en homenaje a su poema nos vamos a meter dos litros de vino por cabeza de la Corpo.
Y otro más a su salud hermano.

XCX

 

Lee.
Excelente tu oda al vino que en su proceso es para mi una metáfora con nuestra vida.
Me encanto leerte, parece que eres conocedor de todo el proceso. me dió ganas de una copita de ese buen vino (es que no tomo nunca je je).
estrellas a tu pluma y un abrazo.
Ana

 

Putas! lee
nos vamos a tomar otras dos botellas, cada vez nos gusta más este poema.

Un abrazo

XCX