Odio al Señor ese

Odio su innumerable cuerpo,
su cifra interminable de vida,
su frialdad para con los demás,
Odio cada una de sus fases,
fue él quien me separo de mis amados,
y me ah orillo a terminar y a seguir,
en lo que muchas veces no quería.

Odio su mal sabor de boca, y su mal sentido del humo.
Odio el tiempo, a este prestigiado señor sin consideración.​

 

Lamento por el desdichado, pero, no olvides que del odio nace el amor.

 

quien será el malvado que hizo sufrir a mi GEO.POEMA MUY DIRECTO y me hizo recordar a los papás que no dan amor, o a los novios que dan cariño a su novias.O un esposo con detestables costumbres.

 

Me gusta como escribes GEO.

 

Geortrizia,no se si es una situación hipotética aunque no creo, lo cierto es que su innumerable cuerpo es su sombra que te persigue en el pensamiento ¡tal vez! y la cifra interminable de vida el deseo de verlo en otro mundo, lo muy positivo y favorable es drenar esos amargos sentimientos a través de tus letras por demás con estilo propio, difícil de imitar. Felicidades para tu vida te envió un angelito para que te acompañe siii

 

El tiempo, además de ser implacable e incapaz de perdonar, logra lo que nadie puede y es imposible luchar contra él. Un placer leerte, como siempre. Saludos.

 

Que bonito en verdad leerte. Saludos agradable dama.

 

a quién odiaras tanto.. tal vez el poema sea para mí.

 

Me llegó porque yo también odio a uno de esos.

 

al tiempo... no leíste?​

 

Muy justificado ese odio, cuando te separa de los sere que mas amas, y queda un vacío que nada llena, El tiempo y sus estragos, muy grato leerte Geor, un cálido saludo y mucha luz para ti.

 

El tiempo pasa sin detenerse aunque uno quisiera que fuera más lento algunas veces. Bello poema. Grato leerte. Saludos y Bendicines.

 

“Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos”
Hector Berlioz


Felices fiestas Geo y solo toma del tiempo las cosas buenas que nos deja, por ejemplo: la enseñanza, los recuerdos, el progreso para poder vivir mejor el presente.

 

Bueno... tienes todo el derecho.
¿Sabes, compañera? Hace unos pocos años tuve la oportunidad de trabajar con personas muy mayores. La verdad es que me sorprendieron muchísimo con su entusiasta vitalidad; no había nada que pensaran imposible, ni tenían noción alguna del ridículo, todo lo hacían con una naturalidad y gracia que era de verdad admirable. Vivían, solo vivían sin hacer caso de nada... y mucho menos del tiempo; sabían que les valía mucho el que les quedaba.

Felices días de navidad.