Oh, río, tú que vas hacia los mares

Oh, río, tú que vas hacia los mares
para perderte allí, de inmensas fuentes,
deja que con mis lágrimas ingentes
anegue tu interior de mis pesares.

Cesa tu marcha, porque así me ampares
y extingas con tus gélidas corrientes
estos lamentos del amor, ardientes,
en tus hondos, recónditos lugares.

Que si no me mitigo en tus arenas,
en donde el agua, que refleja el cielo,
alivia angustias de aflicciones llenas,

no dejaré de desconfiar con celo,
pues si no puedes tú llevar mis penas
jamás podré tener algún consuelo.

 

Estimado David
Buenas letras, con rimas difíciles y gran valor simbólico. Un placer
versoaprendiz

 

El placer es mío.
Un saludo.

 

Hermoso soneto, evocando a ese río que parece dar alivio a tus pesares...

Estrellas y un abrazo.

José Luis

 

Muchas gracias, José Luis, por tu comentario y por tu incansable amistad en este mundo de las letras.
Otro abrazo.