¡Oh señor mio!

¡Oh señor! apiádate del infortunio
duele la vida en hipocondría
reí tanto en mayo y sollozo en junio
espero la parusía, si a esto llamas vida.

Barriendo el piso me hallas
sino caminando solo por las calles
en tu palabra mi voz se calla
en mi oración te hallé, impide que me vaya.

Esta tierra podrida con hedor
no merece orar por Cristo redentor,
tu castigo por benevolente fue la cruz
¡apiádate!... danos tu cielo y tu luz.

¡Oh dios mío!... todo reina en el mal
soy insufrible por aquello
pues mi pecado es abismal
gracias Dios… por tu luz y tu cielo.

 

Preciosa oración plena de sentimiento, amor y desesperacion.
Tienes, amigo Anthony, en corazón muy grande y sensibilidad por arrobad; llevas dentro un artista muy grande.

Debes de cuidar tu corazón:


La flecha de Cupido:


--••<<comoestaflechaseclaveentucorazón>>---


No te salvas.


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Paseo por los fondos,
buscando tesoros,
poemas pasados
que nadie los viera.

Y cuando yo encuentro,
un bello poema,
presto yo lo subo,
que el foro lo lea.

Un abrazo Maestro que serás; te lo dice este aprendiz de la poesía que también tiene un poquito de sensibilidad.

Un abrazo

Alfonso Espinosa

 

Buen escrito, pues vale mas una oracion creada y dicha de corazón que cualquier sermon dominguero, recuerda que Jesus Dijo ¨Yo he venido por los pecadores y los desvalidos¨asi que todos de alguna forma y hasta en la penumbra mas oscura podremos ser escuchados.

Saludos. Jaherus

 

Bella y emotiva oracion que brota desde el fondo del corazón. Seguramente serás escuchado. Encantada de leerte. Saludos y Bendiciones.