¡Oh, Tiempo, cómo corres fugitivo...!

¡Oh, Tiempo, cómo corres fugitivo
y escapas sin remedio y sin tardanza!
¡Oh, Tiempo, cómo minas las esperanza
y marchitando vas todo lo vivo!

Segundo tan fugaz como opresivo,
aguja grave en el reloj que avanza,
mas nunca su destino al fin alcanza
pues éste a su pasar se muestra esquivo.

En inertes y vivos vas gastando
su ser, sin miramientos, sin esperas,
y poco a poco todo vas matando.

De aquello que no es tuyo te apoderas,
huyendo eternamente, maquinando
el paso de los días y las eras.

 

Muy bueno David,
me gustó mucho tu soneto. Ser tan consciente de la esencia del tiempo como tu lo eres, hará de tu caminata una caminata muy provechosa,

un saludo poeta,

 

Muchas gracias,
otro saludo.

 

Me resistía a leer este poema por lo gastado del tema, no obstante me alegra haber llegado, por que si bien sigue gastado, es una delicia la forma pulcra de tus versos.

Saludos

 

Muchas gracias por pasar y dejar tan amable comentario.
Un saludo.

 

David es un placer pasar por tus poemas, un abrazo, mis estrellas y reputación .
Carmen

 

Gracias, Carmen.
Un abrazo.

 

Magnífico soneto, con un tema para reflexionar: el inexorable paso del tiempo...

Un abrazo.

José Luis

 

Muchas gracias.
Otro abrazo.