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ojo que ve lo que no ves

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por jose angel pizarro nogues, 21 de Mayo de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 592

  1. jose angel pizarro nogues

    jose angel pizarro nogues Poeta recién llegado

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    21 de Abril de 2008
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    OJO QUE VE LO QUE NO VES

    Sargazos intimados con el cubero de pana sin filtro,
    rutina extremada en la vindicación del delito,
    ojo que ve lo que no ves,
    sortilegio recóndito en la isla verde, tierra de los dioses,
    señal de la infrahumanidad pagada de sí misma,
    ático trigonométrico de momento paloma,
    abandonada la botella queda el vacío de un gran amor,
    semáforos ciegos con cadenas de paja,
    reescribo en el aseo mi empotrado momento sideral,
    el maestro me habla en sueños de mi mente rígida,
    el cerebro es una coliflor pasada de fecha.
    Parte de ti mismo hacía el día veintiséis,
    tu cuerpo es el milagro del cuerpo
    pero recuerdo los años de la ambigüedad,
    las luces de Madrid en las plazas de vómitos y escupitajos
    cuando crecía en onanismo y maldad
    y mi vida era egoísta y efímera.
    En mi equivocación fui feliz,
    luego fui abandonado por mi desidia e indolencia,
    era el castigo merecido entre los autobuses parecidos a Cataluña
    y antes fui amado por la mujer obesa de grandes pechos,
    la foto de Rafael debajo de una pirámide energética,
    y el Tajo creciendo hasta llegar al mar en aquel tren camino de Lisboa,
    los enanos que pedían preservativos bajo una luz infernal
    y la catedral de Amiens cuando tenía barba,
    el palo con el que masturbaba a la mujer vasca enloquecida,
    las prostitutas colombianas que me reñían por la lluvia de mis botas,
    la ciudad que ocultaba otra ciudad, la calle que era igual a otra calle,
    y Susana en su piso del Círculo Católico cobrando por su cuerpo,
    el día en que me perdí en Aluche y encontré una zona de copas donde bullía gente,
    y yo regalaba mis amuletos a mujeres que llorando me despreciaban
    y no pude llegar hasta la luz.
    Y la cubana que quería introducirme un consolador en el culo y me negué
    y la sudanesa del parque del retiro que se parecía a Rosalía y a la que regalaba mis camisas y ella decía “son de chico” y sonreía como Rosalía
    y los viajes a Valladolid enamorado de una mujer que no me hacía caso
    y los viajes a Ponferrada enamorado de una mujer que no me hacía caso
    y el día en el que todo mi cuerpo estalló en un grito y me sentí liberado
    y cuando encontré la película “Vacaciones en Europa” y me enamoré de ella
    y la muchacha del videoclub que luego moriría en accidente de tráfico y yo soñé con ello antes de que ocurriera y lo olvidé y revisando mi diario me di cuenta de que lo había predicho y que no lo había dado importancia
    y los paseos por la calle Fuencarral y los muchachos que buscaban en la basura
    o cuando regalé mi cazadora a unos rumanos que vivían en un contenedor
    y el cine al aire libre de Zahara de los atunes cuando encontré a Itziar
    y cuando me enamoré de Amaya que era diez años menor que yo y nunca se lo dije
    y cuando conocí a Karim que era alemana y con un niño de siete años que se parecía a mí y que la dejé y luego se convirtió en mi vecina porque la casualidad nunca existe
    y yo la metía mano en su cuarto de baño y ella parecía ofendida
    y las muchachas de Trinidad que tomaban el sol desnudas en la terraza de La Palmera
    y la madre de Lindsey a la que vi ponerse el camisón en su chalet y sentí algo
    y cuando ella me dijo que estaba harta de ver caras feas y tristes
    y cuando comprendí que todos estamos solos o acabaremos estándolo algún día
    y cuando ella se desnudó en el despacho de mi padre y me dijo “así es cómo quieres verme” y yo respiraba como el perro que por ella siempre había sido
    y cuando caminaba por el monte sin miedo a nada y visitaba casas vacías
    y cuando quería ponerme moreno en el río Pisuerga y las chicas abrían las piernas al verme y los viejos se exhibían y yo pensé que no sería tan malo ser viejo
    y los litros de vino clarete a ochenta pesetas que me ponían cachondo en el parque de las flores donde un homosexual me enseñó lo que el llamaba un comedero de pollas y pensé que estaba en peligro
    y los paseos con el mendigo loco sólo por ser rebelde yo también y al que ahora encuentro por la calle y creé que me llamo Tomás y me pide un euro
    y la mujer del crucero por el mediterráneo que yo pensé que era puta de lujo y que resultó ser la hija mimada del capitán, un portugués que me dijo que yo tenía una gran familia
    y la ciudad de París donde se hacían fotos los enamorados y yo había perdido un amor
    y cuando estaba obsesionado por masturbarme y logré hacerlo de ocho formas distintas
    y cuando ella se recogió la coleta como yo la había pedido y lloré porque ella nunca me amaría y puse Purpurine en el tocadiscos pero ella no quiso bailar conmigo
    y cuando acariciaba las manos de Mariajo en el instituto y sentí una energía inmensa en una fiesta sólo de chicas donde tocábamos a doce para cada uno y no nos comimos nada
    y cuando conocí a aquella otra cuyos dientes brillaban en la oscuridad y la di un beso en la mejilla y me dijo que todos los tíos éramos unos cabrones,
    y cuando a mis dieciséis años se ofreció a masturbarme una traviesa chica poniéndome el abrigo sobre las piernas y a mí me dio vergüenza y no hice nada
    y cuando a mis veinte años la besaba con un casco de moto en la cabeza y luego la dejé porque me lo dijeron mis amigos y luego me arrepentí pero ya era tarde,
    y cuando dejé a Raquel y luego me arrepentí pero ya era tarde
    y cuando me dejaron ellas y yo pensaba que no había sido un buen novio y sufría por ello pero ya era tarde
    y cuando siempre ya era tarde
    y cuando llegaba tarde a la vida de una mujer porque ya había otro y era tarde
    y cuando ella me dijo que era muy tarde para que salváramos lo nuestro
    y cuando me encontré viejo, cansado, sin fuerzas ni deseo y empecé a escribir este poema
    y cuando por fin acabé este poema y me di cuenta de que había vivido y seguiría viviendo y pensé en dejar de fumar porque mi tío tenía un cáncer
    y cuando puse el punto final con una mezcla de alegría y tristeza pensando que la vida es una mezcla de alegría y tristeza y que siempre lo había sabido pero que ahora lo había sentido
    y cuando me despido pidiendo al dios del cosmos que me deje seguir viviendo
    y cuando digo adiós.
     
    #1
  2. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

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    Hombre
    Demasiado atiborrado, demasiada carga, más bien habría que consideralo prosa poética.

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    #2
  3. estibaliz

    estibaliz Poeta recién llegado

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    6 de Mayo de 2008
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    2
    Me exitaste con el ritmo pero reventé antes de terminar de leerlo,
    tranquilo amigo,
    trata que todos terminemos aun con algo de aliento para decir algo y escribir sin
    querer golpear el viento...
     
    #3

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