Olvídame...

No dejes que mis palabras te alcancen,
ni que mi eco en tu ser se despliegue,
no permitas que mis lamentos a la luna,
enciendan sombras en tu noche inoportuna.

No contestes cuando mi voz aúlle,
ni esperes en la bruma que oscurece.

Deja atrás mi sombra,
vuélveme la espalda,
descubre el velo que oculta mi fachada.

No dejes que el adiós te ate en tu interior,
convirtiendo el dolor en un nudo destructor.

No tengas piedad,
pues yo no la tendré,
que al pasar del tiempo,
mis palabras se perderán.

Olvídame, que el olvido es un pacto,
y que el recuerdo no sea un cruel acto.

Borra de tu mirada el rastro del ayer,
que mi recuerdo no te haga padecer.

No digas que una vez dejaste huella en mí,
que marcó mi piel con historias
que se desvanecen aquí.

Desvanece el ocaso que te atrae,
lejos de mi desnudez, que aún no sabe.

Que no quede un vestigio,
ni un recuerdo a la deriva,
y que el olvido no sea una cárcel cautiva.

Olvídame, porque no buscaré,
volver a perderte,
decir tu nombre al revés.

Porque mis mentiras superan la verdad,
y contra mis fuerzas,
tu recuerdo se desvanece en vanidad.

Olvídame, por favor,
olvídame así,
libre de tus memorias,
sin el peso de vivir.

 

Gracias amigo, un gusto poder leer tus comentarios

 

Que poema más bello he leído ha sido un placer estar en sus letras
abrazos fraternos en la distancia

 

Estimada Guadalupe, el placer es mío, el honor es para mí al recibir tan lindo comentario, excelente tarde.