Ondina de asfalto

Mujer de traje dálmata
sacudes tus glúteos de nogal
para que te vean,
en el cristal roto de la harina,
y en los timbales del hachís.

Sin dinero, las arrugas
en el mascarón, un péndulo
en tu test de hepatitis.
Libros de Séneca y el Tartufo
de Moliere en el placard
y en el bidet.

Pernoctas en una posta,
un golpe de mancuerna y una
epiglotis severa. ¿Te portaste mal, no?

Te ríes. Ríes conmigo.
Nos vamos a tascar.
El bar. Te veo irresistible
como la espuma arada en el mar.
Me faltan monedas.
¿Dónde estás? ¿Adónde vas?

 

¡Vaya! Interesante texto.