Ondulados como la mar.

Bajo el amparo de lunar cobertura,

tras narraciones

y románticas historias,

con la palabra elocuente

ganarte procuré,

contándote las bellezas

que tú observas en el cielo

y que yo vislumbro

en la mar.


Y como en aquella tertulia

fue celeste tu soñar,

marítimo fue mi vuelo

como la gaviota

al, las olas surcar,

y alados fueron los vistazos

que por sobre brisas

surcaron la cabellera de tu oleaje

semejante a la mar.


Por tanto, no querrá nunca

el marinero

ser privado de los rizos,

que encrespan las mareas

y los espirales en las aguas

que al océano tributarán,

recordando en tus cabellos

de la marejada la textura,

y adorando en tus cabellos

la naturalidad del mar.

 

Me gustó mucho este vuelo de almas en progreso sentimental sobre la tierra y el mar, muy emotivo este poema de agradable lectura. Saludos cordiales.

 

Muy bello en su original idea y en su sensible y certera escritura. Un abrazo. Paco.