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Oscuridad

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por S.E. Avilés, 2 de Julio de 2019. Respuestas: 0 | Visitas: 491

  1. S.E. Avilés

    S.E. Avilés Poeta Novato

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    9 de Octubre de 2017
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    Género:
    Mujer
    Silvia escuchó aliviada que el reloj del pueblo marcaba las 12 a.m.
    Era el momento que esperó con ansia durante todo el día. El poder salir de su encierro, de ése asqueroso silencio en el que su novio la había obligado a permanecer por tanto tiempo. ¿10 años? ¿O más? Ya no sabía, perdió la cuenta. Todo perdió sentido después de ésa última golpiza que Mario le dio cuando se enteró que estaba embarazada. Después se le borró la memoria y nunca supo cómo llegó a ese rincón tan oscuro y maloliente en el que Mario la arrojó toda sangrante y del cual nunca más volvió a sacarla. Nunca volvió a ver la luz del sol. Escuchó a sus padres y a la policía llegar a buscarla y a Mario fingiendo sorpresa y dolor por su ausencia y ella no podía hablar, no la escuchaban. Le suplicó que la sacara, que la dejara regresar a su casa, pero él la ignoró, por más que lloró era como si ella no existiera. Cuando dejaron de dolerle los golpes y pudo moverse y ver algo dentro de esa terrible oscuridad, se sorprendió al ver que no era la única ahí, que había tres chicas más igual de asustadas que ella, sucias, lastimadas, ensangrentadas, y quienes se volvieron su única compañía en el silencio, la oscuridad y la desesperanza. Su único consuelo era cuando anochecía, porque al fin podía salir de su encierro y deambular por toda la casa, aunque fuera unas pocas horas. A Mario no parecía importarle que saliera, tal vez porque estaba seguro de que no escaparía, ninguna de ellas lo haría. ¡¡Pero podían salir!! ¡Y reír y bailar y llorar!. Había visto a Mario muchas veces con su nueva esposa; los veía dormir y hacer el amor, o más bien cómo él la forzaba a ella, y veía su miedo. Le veía los golpes que ella disimulaba con maquillaje y mangas largas. Y quería decirle que huyera, que corriera antes de que también a ella la mandara a ese lugar oscuro donde estaban todas. Pero por más ruido que hacía, por más cosas que movía, por más gritos que todas daban, Sonia nunca le hizo caso, sólo miraba al vacío con cara de terror y se tapaba los oídos. Una vez la escuchó decirle a Mario “quiero irme de esta casa, aquí espantan, todas las noches hay muchos ruidos, oigo voces”. Y él le había respondido “son los muertos que vienen por ti porque no me obedeces”. ¿Muerta? ¡¡Eso era mentira!! ¿Cómo iba a estar muerta si todas los días él iba a verla para recordarle que nunca saldría? Se resignó a que Sonia nunca haría caso de sus advertencias y supo que en algún momento a ella también la metería en ése hueco oscuro y silencioso del que sólo se podía salir por las noches.
    Ya iba a amanecer y Silvia corrió a su encierro, a esperar otra vez la noche, rezando porque ahora sí alguien la escuchara.
     
    #1
    Última modificación: 2 de Julio de 2019

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