Otra del Hado

Nuevamente
el Hado despistado
con un insomnio
de hace días
escribió
un renglón torcido
en una historia
ya extinta.
Al darse cuenta
quiso repararlo
pero que de providencias
las tragicomedias
nunca tienen bastante,
otro giro inesperado
hubo a continuación…
Morfeo que pasaba
caminando, al verlo
tan exhausto,
creyéndose benevolente
en sus brazos lo acogió.

Y así sin más…
Un día caminando
con una nieve
en La mano,
y un sueño picarón
ya tiñéndome la frente,
sucede que sucedió…
Que al doblar la esquina
a una corta distancia
tú de frente caminando,
¡Qué horror, qué horror!
sin poder detenerme
ni esfumarme,
ni esconderme,
seguí mi camino
(El orgullo no doblega
ni a un amor encendido
que aún sin manifestarse
sigue estando presente)

Qué deseo de saludarte
de acercarme y de hablarte,
darte un abrazo fuerte y
nunca más dejarte…
A cambio ni nos vimos,
tus labios crispados,
mi pecho enardecido,
seguimos nuestro camino
solo dos extraños
con rostros sin nada,
ni aun cuando de esos labios
nunca olvidaremos la forma.
Fin