Otras veces casi moría

A dondequiera que iba,
tu imagen me perseguía
como mi propia sombra no lo hacia,
en las noches de luna nueva tú me esperabas
como un sueño de la vida,
las rosas se partían en dos
apenas olías su aroma,
el mundo crecía cuando tú reías.

A todo instante que mi reloj caminaba
como tu juventud permanecía intacta,
yo soñoliento por amarte,
corría vuelto loco a tocar tu aura,
puedo decir que casi rozo el cielo
antes de tu reflejo.

Y caminaba, a veces corría,
y tu mirada no te pertenecía,
y lloraba, en ocasiones murmuraba,
y tu voz no me seguía,
y gritaba, otras veces casi moría,
y tú seguías ahí mismo,
donde siempre has estado,
de donde nunca saldrás,
“De mis sueños”.

 

Soñar dormidos o despiertos tiene sus ventajas, especialmente despiertos porque lo puedes manipular.

Amar es maravilloso, especialmente cuando te corresponden. Afortunados quienes lo son.

Un gusto pasar,