Paciente falsa

¡Amiga! dime que ya no tienes cura
amiga mía, dependerás desde ahora,
festín y baile de gala sobre los remedios;
mi amiga, ¿nunca en serio te has arañado la piel?
vertiendo hilos rojos de experiencia,
amiga, no confidente, ¿cuál llanto te lleva a terapia intensiva?
¿cuál camilla te empostra con disgusto?
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Tú diagnóstico decía que no querías volver a caminar
remedio era comer rosas todo el día.
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¿Cansada de las fiestas del coma?
sí, lo sé, incontrolables son las caricias ya masticadas
es la muestra de un bello sentimiento vacío
envuelto en papel de regalo hacia engañadas manos.
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Amiga, sigues visitando todas las puertas
confidente, ciertas frases desvías de tu regazo;
imposible hacer sangrar tus raíces apartadas
las pupilas volcadas en un silencio aterrador.
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Gritarle que hace falta cuando ya engañe a su sombra
nadie puede sobrevivir a un suero tan venenoso.
​

Menos mal tu debilidad hizo darme cuenta
que no podía herirte como siempre lo ensayo,
porque lo único que sabías del amor
era una paliza en un callejón oscuro.
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Pide ayuda ésta vez, pide auxilio con angustia
prospera un infierno abrumador detrás de las promesas
experiencia en plagar de soledad cada susurro
amiga, estás feliz de ver a los perros rabiar.
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Era una parálisis tal, de compañía
ni con risas nerviosas puedo negar
compañera, declaráte libre de mencionar verdad
alguna vez el quebranto la deletreará.

Paciente falsa, incondicional en cuartos felices
desfibrilar tus intenciones incontrolables;
nadie ha recetado un jardín de girasoles
la eutanasia es recado en las lágrimas,
paciente falsa, negandole descanso a otra vertebral
paciente falsa, histeria de las lesiones que no duelen.​