Paisaje III

De tanto caminar y no avanzar
me exhuman siempre que tropiezo en el mismo recuerdo.
Como caminante estoy obeso, sin besos,
como ser desterrado estoy convencido de vivir vencido.

Un enorme corazón como de roble me escuda
igual sangro hacia adentro y mi savia resulta tonta y cínica.
Todo un ser petrificado llevo en la conciencia,
no quiero, porque no puedo mirar.

Será el clima en su retórica absurda,
mis brazos cruzados,
la falta de inspiración que me acerca a otros árboles.
Será el clima que me llueve en los dolores izquierdos,
la aparición de ese dragón que me abraza en el sofá,
el café sabor a licor, la neurosis, la neurastenia,
el perdón del niño interior.

No sé que me contiene, no sé porque de tanto caminar no tengo pies.
Como si las palabras despertaran la oscuridad
yo realmente me siento bien cuando no me escribo.

 

Grata lectura, es gratificante pasar. Gracias