PÁjaro en una jaula de cristal

Ave despejada que arde tristemente,
Hoy en su jaula
Cantándole a la vida,
Quizás al alma cayendo a tierra,
Que abra la rejilla de cristal adormecida

Llueven eslabones,
De promesas caracoles,
De los cielos luminosos,
De las escarchas desprendidas,

Desprendidas de unos ojos verdes,
verdes como la lechuga,
En el campo del recuerdo,
En un mar besando el desierto,

En la orilla del viento,
Cerca del arco iris,
Resuena un adiós difuminado,
Se quema una sonrisa de lana,
Y se amarran los cordones de nuestros desvelos,
Siempre el mismo sonido de las llamas levantándose...

Quiero amanecer, En tus manos de atardecer,
En las ramas de frijol,
tocar el piano en tu corazón otra vez,
Talvez como cuando llovía en invierno,
O se hacia azul el verano,
Como explotaban los sueños,
En nuestros rostros congelados...

Pero las tormentas se vieron crecer,
Ay ! bese un espanta pájaros
Ay ! huracán que dejo muerta mi aldea,
Ay ! huracán que hecho a volar a este pájaro enjaulado,

Se perdieron mis alas en el tormento,
Y comencé a echar el vuelo
Alas de alambre o ceniza,
De amor perdido,
Me eche a volar encendido,
batiendo las plumas soñando
Por el cielo infinito, Con otros pájaros azules
y palomas blancas que ahora son grises...

Sin mirar ni mi rostro petrificado,
Ni mi cuerpo desterrado,
Pude ver barrotes de fuego en mi sombra,
Pájaro enjaulado, preso en el alma,

Ave solitaria como el viento,
Desprendida del mundo clandestino,
Del universo concreto,
Encerrada en sus propios sueños,
En su jaula de cristal,
Sin poder tocar la luna de noche,
Sin poder besar el sol descalzo de día,

Destruyendo el rompecabezas,
Perdido en el laberinto de su pensamiento obsoleto,
Buscando las pistas que le dejan inquieto,
Un alma que descosa mis anclas
Para en las hojas de otoños poder revolcarme,
Como el gorrión de la primavera,
Como el canario en la pajarera,
Que Solo espera volar...

 

Siempre es un enorme placer leerte amigo... me dejas suspendida con tus imágenes... tu voz me eleva...
Te abrazo con todo mi cariño...