Palabras a una princesa

Cuando mis níveos y sensibles huesos
solo sean volátiles cenizas
y se truequen en mil menudas trizas
los glaucos discos de mis ojos lesos;

cuando bandadas de aquilones gruesos
arranquen a placer mis hebras rizas
y yazcan en arenas movedizas
mis limpias voces y melosos besos:

recordadme, princesa de las rosas,
como quien cierta noche suave y clara
os amase sin tiento ni mesura;

como quien con las perlas más preciosas
ornase la belleza ardiente y rara
que tuvo a bien brindaros la natura.​

 

este poema tiene aroma a ingenuidad y sinceridad del poeta, abrazos Denn​

 

Un poema de mucho romanticismo, Littera, en verdad hermoso.
Fue un placer disfrutar de tu poesía.

Un saludo sincero de mi parte.

 

Creo que estoy ante un soneto verdaderamente maravilloso. Su contenido llena la inmaculada forma con un tema romántico que suplica el recuerdo más allá de la muerte.
Bellísimo en todos los sentidos.
Felicidades por tu sobresaliente obra.
Un cordial abrazo.