Palabras pasadas

Vivo en el olvido de las tumbas que nadie mira,
intocable, impenetrable,
como un aliento rancio.
Me dejaste,
con el sentir
de haberte ido,
después de la noche
en que juntamos por primera vez
pecho con mejilla.
Con el sentir
de una hoja seca,
de un naranjo pobre,
de un pozo sin alma.
Comí en tus manos;
bebí en tus ojos
color del cielo pulcro,
y ahora el pasado
me sabe a vino y miel.
Hoy el pasado es el presente.
Hoy el pasado es un río helado
y yo un pez sin escamas
porque me vi deshojado
en la caricia cruda del invierno.
Sé que ni siquiera vivo,
que tan solo soy una mota en una mancha,
un resquicio de saliva.
Pero no puedo volver a los campos de trigo
sino es con un pañuelo de tus lágrimas,
sino es con un camelo de tu boca.
Los últimos versos que yo te escribo,
no son estos,
y ni siquiera la rima me acompaña.
Mis últimos versos,
fueron los que crié antes de concebirlos,
como una estrella que ya no existe,
y que,
sin embargo,
se ve desde la tierra.

 

ese desarraigo se siente

 

llega hasta el fondo del alma