Palomas de batalla

"Me quieres", tú me dices.
Son tus manos palomas de batalla,
de ires y venires,
de tratos que en caricias me desangran.

Me acercas tus envites
igual que un enemigo de paz vándala,
marcando el territorio con tus lindes,
pendiendo sobre el mío su amenaza.

Disparas sigiloso, me sonríes
y empuñas la más firme de las dagas:
"Me quieres", tú me dices,
y me designas libre
tan solo si eres dueño de mi patria.


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se suele comparar mucho el amor con la guerra, alfonsina.

luego de determinadas conversaciones, a veces me quedo con la impresión de que en realidad, el amor es aún peor que la guerra, y sus consecuencias, todavía más malsanas.

o quizás sea todo lo contrario: el amor bueno no le abre la puerta al ejército manchú... el amor bueno cura los efectos del capitalismo.

un gusto pasar, salud allí.

 

Pues sí, Charlie, el amor bueno es solo eso, amor. No entiende de propiedades privadas.

Tienes razón, se le suele comparar con la guerra, por eso he escrito estos versos. Pero nada más lejos de ello porque el amor va de frente y no usa más armas que la de él mismo. Nada de cortinas de humo. Cuántas realidades encubiertas bajo el falso amor y qué daño tan profundo es el que ocasionan...

Muchas gracias por pasarte y comentar, siempre son un gusto los intercambios contigo.

Un abrazo y salud.
Eva

 

Pero qué dices, Isabel, todo lo contrario, gracias por sacar tiempo de dónde a veces ni se tiene. Solo deseo que todo esté bien.

Pues sí, una silva arromanzada (doble) o al menos eso quise, aunque le he metido un " girillo".
Pero lo importante aquí es el comentario que me dejas, un comentario espléndido, ¿qué más y mejor se puede decir?
Las consecuencias de actos así son terribles y lo más terrible es que es "bajo una aparente nada". Pero sabemos que no es así, la realidad es que la persona queda intimidada, paralizada y presa en nombre de todo menos del amor.
Muchas gracias por tu implicación, por permitir que los temas no queden en simples temas porque este espacio se lo merece.

Un abrazo fuerte.
Eva

 

¡Qué buenas son tus visitas, querida Ligia! El gusto es mío, gracias por leer con profundidad el poema y por esas palabras tuyas siempre tan acertadas.
Un abrazo con todo mi cariño,
Eva