Pangea

Y cuando el cielo asiente con su humor de borrasca
se desatan fulgores de llantos contenidos,
entonces se reúnen las miserias del alma
que acuden como nubes a su centro de litio.

Tensiones disipadas que son miedos volubles,
y un aparato enfermo de sus electrolitos,
vuelve el sol a ser presa de los gélidos brazos
que lo llevan a rastras hasta un rincón sombrío.

Es otra realidad la de esta espectral bruma
que avanza hasta los huesos remotos de un latido,
y comienza la danza de estos trémulos dientes
para hacer más patente la asfixia de lo claro,

Para hacer más hiriente el grito de lo oscuro,
némesis del relámpago o gracia enmudecida.
Y vuelve la tormenta para barrer en lluvias,
vientos y estridencias, la dudosa sentencia
de que no haya vivido.

Entonces veo los colores proyectados
en etéreo lienzo líquido,
con la perfecta distorsión de un arco iris,
y tanteo y escruto el mundo
como si recién... haya nacido.

 

Mil gracias por escribir así...brilla tu poesia en su canto de pena.

 

Me gusta mucho el nivel de lenguaje en este poema. cinco estrellas y un abrazo azul .

 

Muchas gracias por pasar otra vez Mujer. Saludos

 

Gracias por describirlo así Gustavo