Pañol

Las arañas seguirán recitando a Kafka detrás de las piedras, con sus voces aflautadas tan características.

Nos embriagarán en las noches más sombrías con su interpretación gélida y su andar aligerado.

Atravesando paredes muertas andarán, con sus articulaciones oscuras y sus octópasos imperceptibles.

Debajo del viejo portón del sordo en Guardia Nacional, me dijeron que está su taller de arte dramático.

Porque es una herramienta que no todas las arañas traen de nacimiento. No todas saben asustar.

El bebé las ha descubierto casi adormilado debajo de la mesa observó entusiasmado un correteo y percibió sonrisas contagiosas,

que le causaron una alegría repentina. ¡Como lo envidio, yo a su edad les tenía miedo!!!

Hasta hoy les reservo cierto estupor. Por más que no lo admita soy medio aracnofoide. Aracnofóbico me suena a mucho…Así que me inventé ese neologismo.

El bebé descubrió que están fastidiando al gato y a la perra, para enemistarlos aún más y de esa manera tomar posesión del universo nocturno.

Sus pequeños trofeos son sus diminutos huevecillos sembrados debajo de las sillas y de las mesas respectivamente.


De noche duermo con medias hasta las rodillas por miedo a que me aparezcan sobre la cama mientras las sueño.

Hasta hoy sus cuerpos son transparentes y me atacan preferentemente desde el techo hacia la cara.

Luego se evaporan como por arte de magia. Esta ceremonia se viene repitiendo en mi mente desde siempre, incluso hasta éstos días.

Sobre todo si estoy muy cansado.


Hice migas con una araña adolescente, le hablé de mis pesadillas, de inmediato se puso cómoda y comenzó a narrar sobre Las Pañol

una antigua logia de arañas europeas que se fundieron con nuestras míticas arañas de galpón.

Según la abuela araña hubo un pacto de supervivencia que venía de antaño, entre cierta rama de la humanidad y un reducido clan arácnido llamado Pañol.

Que refería a un grupo de arañas que venían en los barcos de Europa, en la inmigración de los italianos de un pequeño pueblo llamado Tarento de Apulia.

De allí mismo de donde proceden las tarántulas y que justamente la tarantela, baile típico de Apulia, manifiesta ademanes de cómo sacarse las tarántulas del cuerpo.

La abuela continuó diciendo que se cruzaron con las arañas criollas y nacieron las Pañol. Una especie de araña malvada y cruel que vivió por aquellos años.

Mantuvieron una guerra durante un tiempo con la gente de aquella época. Hasta que llegó la comunicación vaya a saber de qué manera, pero que serviría para la convivencia de los dos grupos.

El pacto consistía en asustar a los niños para que estudien y se porten bien. Y los humanos prometieron dejarlas cazar hormigas tranquilas. La palabra clave para que se active este ataque simulado era Octópaso, que consistía en los ocho pasos a la vez de sus patas.

Parece que mi madre adoptiva fue descendiente de ese clan aracnohumano y supuestamente con su muerte

terminó el conjuro.


Tal vez esta sea la verdadera razón de mis pesadillas.


Llegó hace unas horas una telegrámica carta con remitente arácnido pidiéndome perdón por los sucesos pasados.

El tema es que las pesadillas continúan.

Hoy he decidido que a partir de mañana comeremos todos juntos a la mesa y que los pactos que hubieran firmado

mi mamá con las ancianas de su familia quedarían obsoletos.

Estoy bien por estos últimos minutos imaginando una comilona con las arañas.