Para el olvido

La voz se cierra en el impedimento de no amarte un poco más,
se aleja el beso acogido en la quietud del mar,
llora la sombra envuelta en el papel
mutilado por el tiempo transcurrido lejos de tus besos.

Es aquí cuando anudo las letras
para desatarlas en los sueños carnales
de tu recuerdo hecho fuego en mi boca
y la piel erizada en contratiempo del sufrir.

Sin más despojo a la rosa de su brillo
depositando el dolor en los ojos cabizbajos,
llueven suspiros de tenue esmeralda
en acantilados deseos de lento desnudar.

Copula la lengua con el pubis lampiño
disfrazados de luciérnagas huérfanas,
diáfanas lujurias de añoranzas impropias,
basto universo de negaciones involuntarias de una piel.

He negado más de tres veces tus caricias
pero la cruz aún la cargo
dejando el suspiro al pie de la despedida
sin más amándote un tanto más.

Olvidado tengo el no escribirte
una letra más.