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Para ganar una batalla

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por carlos lopez dzur, 30 de Octubre de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 897

  1. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    25 de Febrero de 2008
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    a Roger Williams y los proponentes
    de libertad espiritual («soul-liberty»)


    No creas que te ignoro, Gran Enemigo.
    Tú eres el creador contemporáneo de Miseria.
    Tú, imperial rival, eres el creador
    de los desastres. Fuera y dentro de tus filas.
    Crees que me tienes en tus manos, o que será
    por siempre que me tengas. Te equivocas.

    Por fortuna, no me has conocido. Esa es tu debilidad.
    Que te quedaste en alabanza a lo pasivo.
    Que tu desprecio no permite que a mi pueblo veas.
    Que no me crees capaz, aunque yo estoy activo
    y finja no estarlo; me dedico a conocerte.
    Tu propia fuerza me nutre, y así podré vencerte.
    Soy el guerrero clandestino.


    2.


    Estoy muy cerca, pero crees que estoy lejos.
    La distancia afectiva nos separa.
    Pero yo no me alejo. Cuando te venza,
    sabrás que es justo. El desorden que juzgas
    es sólo aparente. Es tu culpa que rabia.
    Son tus imágenes de ansiedad que te sorprenden.
    Voy a llegar como ladrón en la noche.

    Sin saberlo, me has tenido tendido en tu cama.
    Te examino. Ya sé tus desnudeces.
    Has querido fornicar con mi cuerpo,
    pero te engaña la pretensión de que me has seducido.
    Soy sólo una sombra del guerrero en silencio.


    3.


    Tú eres el general y tus tropas son falsas,
    ciega obediencia, patriotismo cimentado
    en crueldad, en rangos pordioseros.
    De cristal quebradizo son los huesos
    de tus soldados. Eso son: soldados fierros.

    Todos los recursos en demasía los pusíste
    en odio, en agredir al débil, en comértelo.
    Has fabricado golem, demonios sin alma.
    ¡Y parecen temibles, gigantescos,
    pero no para la piedra del hondero!

    Te has envanecido con los triunfos
    precarios; pero no son ejemplares.
    Son crímenes, invasiones, intrigas.
    Ahora el mundo sabe, en cada esquina,
    que no eres respetable, como el Buen Guerrero.

    ¿Qué eres si no un salvaje armado,
    engañador, síndrome cobarde,
    qué eres, hiena, qué eres, ave de rapiña?
    Tú no puedes ser el policía del mundo.

    Los guerreros pueden, en secreto,
    regresar los golpes y hacer que veas
    el desamparo en que te ubicas y se violará
    tu violencia, tarde o temprano.

    Van a dejarte solo y tendrás que irte.
    Huirás sobre tu propio rastro.

    Cuando estés encolerizado, tu autoridad
    será fácilmente quebrantada.
    Tu carácter y causa serán muy inestables.


    4.


    Quienes menos te aman es en tus filas que están
    y te pervierten. Están enardecidos en la lujuria
    de sus desconciertos. Están en Abu Ghraib
    y en faenas de humillación ajena.

    Ellos, sin saberlo, estimulan tu arrogancia.
    No has cultivado la virtud guerrera.
    Tú creas monstruos. De un niño formas
    al criminal, al hombre-bestia.

    De tu adversario real ya has emitido juicio:
    «Somos por inferioridad de condiciones,
    débiles, vencibles, incapaces, con destino
    a tus manos impías, sucias de genocidio
    y violencia innecesaria, desorganizadora».

    Como a Hu a Mo Tun, tus tropas y pueblo piden
    hasta lo que no tienes, cosas que si entregas
    serán meras promesas, merma de tu imperio.
    Más es tu arrogancia que tu riqueza,
    porque eres nación-parasitaria.

    No creas que te ignoro, Gran Enemigo.
    Tú eres el creador contemporáneo de Miseria.

    A distancia prudente, se esconde tu enemigo.
    Tu grandioso estado, Hu, bien que puede
    verse desmoralizado, abatido bajo ataque sorpresa.

    5.

    «Ponle en aprietos y acósale. Si está en descanso, fatigadle.
    Cuando vaya a socorrer a la derecha, atacad a la izquierda;
    cuando vaya a socorrer a la izquierda, atacad a la derecha;
    dejadle sin aliento haciéndole correr constantemente
    de un lado para otro»: Sun Tzu, en: «Libro de la Guerra»


    ¿Quién dijo que hay que tolerar la mentira
    que fundas el robo, la agresión, la injusticia?
    ¿Quiénes los cobardes que te exaltan, Enemigo?
    ¿Quién te une para que oprimas el mundo?

    No el Buen Guerrero. No cuentes conmigo.
    El mundo no se aproxima al fin de la Historia,
    Fukoyama. Al contrario, la Gran Madrugada
    es apenas que comienza. La democracia occidental
    no es este simulacro de fascismo que globalizas
    y vendes por lealtades vendepatrias.

    La cristiandad universal no es este evangelismo
    de fundamentalistas cuchilleros que avanzan
    sobre Irak, Afganistán, Chechenia.

    Los conflictos entre civilizaciones no son inevitables.
    Se quitará Tu Mano de división entre pueblos
    que desestabilizas, Monstruo del Cisma.

    Dejarás de fracturar al mundo islámico y pervertir
    las etnias: kurdos, árabes, persas, turcos,
    pakistaníes e indonesios, no siempre entrarán
    por tu aro, porque viene el Amanecer
    y el Consolador de Naciones, el hombre bueno
    que puebla la Esperanza, el Diálogo,
    la Tierra fértil, la utopía.

    6.

    Te atacaré por donde no lo esperas
    con el arma del cambio. El corazón puede ser
    generoso en lo que no has corrompido, Ser inmundo.
    No se ha agotado la blandura noble del cimiento.

    Lugares hay en los que, como enemigo,
    no estás preparado, y ahí haré mi salida
    porque no lo esperas. Seré más rápido
    que tu mejor relámpago.

    Yo conozco mejor que tú las consciencias.
    Tú me llamas rival, tu enemigo, pero soy
    quien más te ha amado y el mejor que te ha conocido
    porque he sido un inmigrante en tus entrañas
    y no dejé pasar la ocasión de consolar
    tus anfitriones agredidos, tus indígenas diezmados,
    lo más profundo de tu tierra. De tí hablé
    con ellos, Colonizador de marras, anglosajón
    de pezuña hendida y de colmillos asesinos.


    03-11-1989 / El libro de la guerra

    http://carloslopezdzur-carlos.blogspot.com/2008/10/el-libro-de-la-
    guerra-indice.html
     
    #1
  2. dilia.calderas

    dilia.calderas Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Qué poemas tan reales contiene tu "Libro de la Guerra". En este te diriges al principal asesino del mundo, ese que ha desprestigiado a su país, ese que ha sembrado el odio a nivel mundial. ¿Cómo puede vivir un ser humano sabiendo que le odian tanto?. Y qué bella la actuación de otros presidentes a quienes por su actuación les siguen grandes mayorías. Ojala el país del norte sepa captar los mensajes del mundo y entre en el proceso de verdadera "civilización". Estrellas para tu sentido poema Carlos, besos y abrazos de Dilia.
     
    #2
  3. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Gracias, Dilia, por leer y comentar. Mi abrazo,
    Carlos
     
    #3

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