para las modelos...

Yo sueño, yo sueño,
con tan solo el hecho de poder agarrar su cabello,
radiante y refrescante como la brisa que se divisa,
desde la tierra donde ahora estoy,
pues solo yo le doy,
una motivación,
para que ella vuele,
y sin insistir que quede,
me arrodillo ante ella por la belleza que Dios le dió,
la cual atrapó en un segundo mi corazón.

Que modele, que modele,
y que a este astuto pueblo,
con su belleza lo ciegue,
y que camine delante,
pues sin ella este fiel sirvo se muere.

Que cele, que cele,
y que al inédito pueblo,
por sus movimientos,
haga aurora y que reviente,
que sea la mas bella,
que sea la mas contenta
y que sin miedo a no ser mas juvenil,
que ahora su alegría la entregue a mí,
para así poder resistir,
cuando ya no esté,
cuando el olvido y la belleza,
no mas presentes esten,
y que su carácter se impregne así,
para yo amar a la mujer que hay ahí,
en la vida,
en la agonía,
en la dicha que el mismo señor me daría,
para así amar a una mujer tan bonita,
y yo sin sentir mi belleza diría,
gracias a Dios,
porque esta mujer,
le dió luz a mi vida.​