Para mi abuelita.

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La belleza, dulzura, amorosa, tierna, fuerte,
Implacable, reluciente fulgor de alegría del mas grande ser;
Su gigantesco vislumbres de su corazón, el espíritu que ilumina aun su presencia;
Ese tan grande y sagrado resplandor,
En su grandioso amor, en su magnifica esencia.
Así, así sigue viva su vida en nuestras vidas

Cuando me encuentro mirando fijamente sin ver nada,
Que es como estar con los ojos cerrados como soñando,
En ese instante su imagen perfecta llena de ternura y de música,
Se acerca a mí, la hermosa y delicada presencia de un ángel.
Me dice con alegría que ha venido a verme y a decirme que nunca me dejara sola y sentir ese cariño que desde que nací ella me dio sin ningún desdén.

Ese ser es mi abuela, mi madre, mi amiga mi cómplice, la que me tapaba las travesuras
La que me defendía de los castigos de mis padres, la que jugaba con mi hermano, con migo, y mis primos que al fin de cuentas nos crio como hermanos.

Mamita yoyo la llamamos entre balbuceos, entre palabras que recién empezamos a emitir
Y que con cariño y respeto le decimos, si, le decimos, por que para nosotros, su hijo su esposa, mis primos, su hija que es mi madre, mi padre, mi hermano y yo. Aun esta aquí, en nuestro ser, esta en un aspecto supremamente espiritual, no la miramos pero la sentimos, por que ella esta con Dios y Dios es la fuerza suprema que esta siempre latente en nuestra mas grande fe.

Mamita “Te espero cuando la noche se haga día.”