Para qué...

Para qué...

Para qué extrañarte ahora, para qué
si al final solloza el alma en desencanto,
de qué sirve que te quedes sin querer
y que cumplas un horario sin poder
un instante cobijarme con tu manto.

Cómo puedes tú decir: ¡Aquí estaré!
Cuando mucha de tu esencia no percibo,
diariamente me pregunto: ¿Qué seré?
o si en aras de un amor sucumbiré...
porque tanta indiferencia no concibo.

Hoy que puedo hurgar mi mente comprendí
que quizá mi corazón estaba errado,
que un destello con amor lo confundí
y que en medio de espejismos me perdí,
mas el sueño demencial se ha despejado.

Este último suspiro será el fin
de una historia que no pudo comenzar,
con las notas más que tristes de un violín
se despide un corazón cual arlequín
que se arranca la razón para callar.


Poema LXXIII
14/02/2022​

 

Otro poema, profundamente intenso y lleno de esa melancolía
tan personal que nos brota, cuando realmente nos damos cuenta; de que no somos ( como debe ser) realmente correspondidos. Bellísimo.
Saludos y mis respeto hacia su pluma.
Cordialmente: