Paráfrasis

Debajo de esta lluvia de tristes goznes,
de tan puntual y acomedida letanía,
que serpentea en los ojos imposibles del viento:
Las puertas, fragantes,
se cierran al sonido de la noche,
las ramas como estoicos vigías
baten el clamor de la fría intemperie,
retráctil la memoria de las piedras
no sabe de horizontes.

Hacia la parasitaria fe de la premura,
la luz, estertórea, huye.
Pronto, todo es silencio;
estatua de miembros articulados.
Los hombres, ávidos, su veneno vierten
en el invisible músculo del insomnio,
impelidas las mujeres su sexo abren
bajo sábanas blancas.

En el tiempo y sus vestigios
el polvo, con su porfía, vela suspendido.
Del gesto del agua mana lo deshojado.
De la noche y su miopía, desnudez.
Del silencio la futura resonancia.
De una estólida y espuria luz:
La razón oscura del deseo.