Paseando a mi tristeza

Suenan las cinco de la tarde y es hora de sacar a pasear mi tristeza.

Le pongo el sweter tejido de penas acumuladas y le tiro un hueso de helada soledad para que se entretenga un poco mientras busco la cadena que la mantiene unida a mí.

Dejo la sonrisa forzada en casa y los ojos se calzan las botas desgastadas del olvido para no pisar los charcos de la lluvia de anoche.

Mi tristeza sonríe al toparse con las tristezas ajenas que tambien han salido esta tarde a pasear y se cuchichean confidencias y se cuentan chistes de pesares antiguos mientras ven el día morir de hastío.

Luego se despiden con parmisonia sabiendo que mañana se verán de nuevo cuando salgan a las cinco a pasear .

Y de regreso a casa mi tristeza se sube en mis hombros y se cobija con mis párpados que se cierran sobre mis ojos que un día sin saber cómo se olvidaron de cómo llorar.

 

eyrene:

Bella tu prosa poética, dulcemente seductora esa tristeza que nos presentas pero que originalmente no se ensimisma en su individualidad y reconoce las demás tristezas que por ahi deambulan, bellas metáforas, un buen trabajo

Un saludo

Jaime

 

Eyrenne,

Me encantó eso de pasear la tristeza, tal cuál fuera una mascota... Bien cuando veo obra maestra, siempre me preparo. Me gustó tu prosa, logras armonizar las palabras y con tus metáforas vuelves tus letras encantadoras.

Un placer esta visita.

Un saludo fraternal desde Colombia, con aroma a café y honores por tus letras.

 

Muy bueno el recorrido de tu tristeza. Cuando la vuelvas a sacar, avísame para saludarnos...

 

Felicidades por tan buena poesia, es interesante como la soledad puede llegar a ocupar un lugar importante dentro de cada perona.
Saludos..

 

Es muy bueno lo tuyo eyrenne, me gustó todo. Las imágenes son muy muy bellas, y además me tocó algo que no sé... Te felicito.
Besos,

Martín